El deporte y la política son temas diferentes, con reglas y causas diferentes. Sin embargo, la historia moderna está llena de episodios en que estos mundos se han entrelazado.
El capítulo más reciente de esa relación se está escribiendo en África, concretamente en Liberia.
En ese país, un futbolista está ad portas de convertirse en Presidente. Se trata de George Weah, el mítico delantero del AC Milán, el único jugador de ese continente en ganar el Balón de Oro (1995), un premio históricamente reservado para sudamericanos y europeos.
Weah se retiró en 2003 y a partir de ahí decidió iniciar una carrera política que ha tenido altos y bajos. Tras ganar y perder importantes batallas políticas, el deportista está en un momento expectante pues asoma como favorito para triunfar en las elecciones presidenciales.
Los comicios se realizaron este miércoles y los resultados se conocerán el próximo 25 de octubre.
Pero si gana, no la tendrá fácil ya que deberá hacerse cargo de un país complicado, en donde casi el 70% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza
La independencia
España es por esto días un hervidero político debido a la crisis institucional que ha generado el proceso independentista de Cataluña. En ese contexto, un insigne futbolista sacó la voz para añadir más leña al fuego: Gerard Piqué.
El defensa del Barcelona, campeón del mundo con "La Furia" en 2010, es un orgulloso catalán que jamás ha escondido su deseo independentista y lo reafirmó con su voto en favor de la causa.
"He votado. Juntos somos imparables en la defensa de la democracia", dijo el marido de Shakira antes del partido del Barcelona FC contra Las Palmas, encuentro que avivó la polémica al jugarse a puerta cerrada, sin público, en señal de protestas por los incidentes y hechos de violencia generados por la policía hispana en medio del proceso de sufragio.
No han sido días fáciles para el deportista tras el episodio. Prueba de ello fueron las pifias que sufrió en un entrenamiento de la selección española.
Alí en contra de la guerra
Tras ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma (1960), Cassius Marcellus Clay llenó titulares de diversos diarios al reconocer que, pese a los conflictos raciales que existían, EEUU "aún es el mejor país del mundo".
Sin embargo, todo cambiaría unos años más tarde. La primera polémica del deportista se originó a partir de su conversión al Islam, hecho que lo llevó a cambiarse el nombre a Mohamed Alí. Alegando ser musulmán, se negó a ingresar a las filas del ejército para combatir en la guerra de Vietnam, cortando la buena relación que mantenía con el gobierno de Dwight Eisenhower.
"No tengo problemas con los vietnamitas, porque ninguno de ellos me ha llamado nigger (palabra despectiva para referirse a los afroamericanos)", dijo en esos años.
Su firme decisión de no ir a la guerra le costó caro ya que en 1967 la Comisión Atlética del Estado de Nueva York no sólo le quitó el título de campeón mundial de peso pesado, sino también su licencia como boxeador.
A partir de ese momento, el púgil se dedicó a dar conferencias y charlas en escuelas sobre su determinación.
No fue sino hasta 1971 que la Corte Suprema de EEUU aceptó la demanda interpuesta por Alí y falló a su favor para volver a boxear.
Tres años más tarde, Alí se coronó una vez más como campeón del mundo tras derrotar a Joe Frazier en una de las mejores peleas de todos los tiempos.
Para muchos, Mohamed Alí es el deportista más importante de todos los tiempos.
"Sócrates" en favor de la democracia
Hablar de Sócrates en Brasil es hablar de fútbol y épica. En la década de los 80, el futbolista pasó a la historia tras ocupar su espacio en el balompié carioca para mostrar la realidad de su país en plena dictadura militar.
Militante socialista, del Partido de los Trabajadores (el mismo de Luiz Inacio Lula da Silva), Sócrates es recordado por su celebración después de cada gol: con la mano izquierda empuñada y apuntando al cielo.
"La gente me dio el poder como futbolista popular. Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos", decía por esos años.
Sócrates aprovechó cada instancia que tuvo para transmitir su mensaje. Especialmente entre 1984 y 1985 cuando participó en las manifestaciones y la lucha porque el presidente de Brasil fuese electo por sufragio directo. Luego de su muerte en 2011, el hermano mayor de Rai aún es recordado como el hombre que sacó las garras por su país dentro y fuera de la cancha.
Caszely, el político
En la década de los 70, Carlos Humberto Caszely era igual o más famoso que Alexis Sánchez en nuestros días. Sin embargo, a diferencia del delantero del Arsenal, su trascendencia estuvo asociada al factor político.
Según el periodista Daniel Matamala, en su libro "Goles y autogoles", Caszely fue el futbolista que más se ha involucrado en el campo de la política en la historia nacional. Incluso, Gladys Marín expresó que Caszely era "no sólo un gran deportista, sino un joven que entiende el proceso revolucionario que vive su país".
En 1974, el "Chino" protagonizó el "mítico" desaire a Augusto Pinochet: cuando la selección chilena era despedida para el mundial de Alemania, el deportista ignoró el saludo de Pinochet y no le dio la mano.
La manifestación de Caszely no quedó ahí, en 1980 participó en la campaña que se oponía a la propuesta constitucional de la época y en 1988 estuvo junto a su madre, torturada durante la dictadura, en la franja del "No".
Luego de su retiro, y tras el retorno a la democracia, Caszely participó en la Comisión Bicentenario convocada por el expresidente Ricardo Lagos y estuvo presente en la franja electoral de Michelle Bachelet en 2013.
Finalmente fue nombrado, en junio de 2014, como agregado deportivo de la Embajada de Chile en España, cargo en el que estuvo hasta abril de 2015 luego de ser destituido por sus declaraciones al diario español El Mundo donde vinculaba al partido político Podemos (España) con el gobierno de Nicolás Maduro.
El perdón de Drogbá
Didier Drogbá es otro de los grandes futbolistas africanos. El delantero del Olympique de Marsella y ex Chelsea pasó a la historia tras un llamado a la unidad y perdón a todo el pueblo de Costa de Marfil, su país natal.
Los marfileños se hallaban en plena guerra civil en 2005. El oficialismo controlaba el sur mientras que los rebeldes el norte del país. Ese mismo año, la selección local enfrentaba un partido decisivo contra el equipo de Sudán: se jugaban el paso a clasificar al Mundial de Alemania 2006. Con un 3-1 a favor de los marfileños.
En medio del llanto y la celebración, Drogbá tomó una decisión: frente a las cámaras, acompañado de todos sus compañeros, se arrodillaron y el delantero dijo de manera clara: "Ciudadanos de Costa de Marfil, del norte, sur, este y oeste, pedimos de rodillas que se perdonen los unos a los otros. Un gran país como el nuestro no puede rendirse al caos. Dejen sus armas y organicen unas elecciones libres".
Una semana después del mensaje, ambos bandos pactaron un cese al fuego. Se marcaba el inicio del fin de una guerra que había dejado ya más de 4.000 muertos. En 2007, el país había comenzado formalmente un proceso de transición gracias a la mediación de Drogbá y, aunque la situación de Costa de Marfil sigue siendo inestable, lograron superar una de las guerras más sangrientas en la historia del país africano.
Y todo gracias a un partido de fútbol.
Safin jugando en el Kremlin
Marat Safin conquistó lo más alto del tenis internacional. Ganó los abiertos de Australia y Estados Unidos y logró convertirse en número 1 del ranking ATP, acumulando más de 15 títulos. Pero fue más allá.
Tras su despedida de las canchas, el tenista logró en 2011 un escaño en la Duma de Rusia por el partido oficialista Rusia Unida, y se convirtió en uno de los diputados más jóvenes en acceder al congreso.
Tras ser reelegido en la VII Legislatura, el tenista envió en mayo de este año una carta al presidente la Cámara de los Diputados, Viacheslav Volodin, donde afirmaba que no se veía capacitado para convivir entre su rol deportivo y el de congresista.
Luego de su renuncia al parlamento ruso, Marat Safín decidió volver al mundo del tenis, participando en partidos de leyendas, asesorando a deportistas jóvenes e involucrándose en la Federación Rusa de Tenis.
El otro jaque de Kaspárov
Gary Kaspárov es considerado uno de los mejores ajedrecistas de la historia. Fue campeón mundial entre 1985 y el 2000, un dominio inédito en cualquier disciplina deportiva.
Pero para él no todo eran reinas y alfiles. Kaspárov se destacó por tener una activa participación política desde muy joven. En 1980 comenzó a militar en el Partido Comunista Soviético (PCS) e incluso fue elegido como parte del comité central de las juventudes comunistas.
En 2005 fundó el Frente Cívico Unido, un partido político opositor al gobierno de Vladimir Putin y en 2007 postuló a la presidencia de Rusia. El ajedrecista es un férreo enemigo del Kremlin.
Debido a las acusaciones de "ataques" en su contra, desde 2013 Karparov vive en Croacia, país que le dio la nacionalidad en 2014.
El desconocido Simian
Ingeniero en minas de la Universidad de Chile, Eduardo Simian Gallet fue nombrado en 1964 como ministro de Minería en el gobierno de Eduardo Frei Montalva.
Durante su periodo, Simian fue reconocido por su gestión para dar inicio a la llamada "Chilenización del Cobre" y su aprobación en 1965. Además, en 1966, también consiguió que se aprobara la creación de la Corporación del Cobre, institución que después se transformaría en Codelco.
Sin embargo, los hinchas de Universidad de Chile lo recuerdan con especial cariño. En 1940, "El pulpo", como era apodado, fue arquero del equipo que logró conquistar el primer campeonato nacional de fútbol en Chile.
Pese a los buenos comentarios, Simian tuvo un fugaz paso por la Selección Nacional, al ser convocado en 1941, sin obtener buenos resultados.
Pacquiao y su golpe en el congreso
Siete veces campeón de boxeo, el filipino Manny Pacquiao postuló por primera vez al congreso en 2010. Representando a la Alianza Nacionalista Unida, partido de ultraderecha del país, "Pac-man" se presentó como candidato a diputado por la provincia de Sarangani, al sur del país y ganó con primera mayoría.
Ya en el cargo, el púgil emitió polémicas declaraciones al decir que "los homosexuales son peores que los animales". Esto último le costó el auspicio de Nike.
Pero en 2016 el boxeador dio un salto importante tras postular por un nuevo escaño en el Senado. Ganó con más de 15 millones de votos, pero volvió a generar polémica al declarar que desea reponer la pena de muerte.
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