La violencia y el vandalismo se tomaron ayer las calles de varias ciudades de Francia, en una jornada de manifestaciones convocada por el grupo sindical CGT en oposición a la reforma laboral impulsada por el gobierno de François Hollande. La ley facilita la contratación y el despido de personal además de reducir el pago por horas extra.
En París, más de 18.000 personas salieron a marchar y se registraron 16 arrestos. Tanto en la capital como en la ciudad occidental de Nantes, sedes de bancos sufrieron daños en medio de los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía. En Bordeaux, al sudoeste del país, un centenar de personas atacó una estación de policías, lanzando objetos y causando daños.
“El gobierno tiene el tiempo para decir ‘paremos el reloj’ y todo va a estar bien”, dijo el líder de la CGT, Philippe Martinez, quien aseguró que las movilizaciones seguirán hasta que el Ejecutivo decida retirar el proyecto de ley, que aprobó vía decreto. El voto final se espera en julio.
El primer ministro francés, Manuel Valls, señaló que su administración no retirará el texto. “Es imposible. La CGT no hace las leyes de este país. No habrá un retiro de la ley. Se pueden considerar modificaciones o mejoras, siempre que no pongan en duda el corazón del proyecto”. Sentenció que “la ley es buena para el interés general y para las empresas”.
Según datos de la policía, más de 150 mil personas protestaron ayer en todo el país. Al menos 77 personas resultaron detenidas.
La siguiente gran movilización está prevista para el 14 de junio, cuatro días después de la inauguración de la Eurocopa 2016 en Francia. Los sindicatos advirtieron que la instancia podría ser afectada.
Electricidad y combustible
La huelga de trabajadores ha afectado la capacidad energética del país. De acuerdo con el operador RTE, al menos once de los 58 reactores nucleares tuvieron cortes ayer, lo que redujo en 6% la capacidad nuclear a nivel nacional. Trabajadores de Électricité de France (EDF) se sumaron a la huelga, obligando a la estatal a generar energía a base de carbón y gas para mantener los niveles de producción que le exige la ley.
Según datos de Bloomberg, el precio de la electricidad aumentó 3,6% y llegó a un máximo de 25,75 euros por mega watt durante la tarde.
En tanto, seis de las ocho refinerías de combustible del país están en paro. Según el propio Valls, 30% de las 12.200 estaciones de gasolina enfrentan escasez. De acuerdo con el ministro de transportes, Alain Vidalies, el país ha utilizado reservas de emergencia por un total de tres de 115 días y enfrenta una demanda tres veces más alta, debido al temor de la población de que no haya suministro. Un 15% de los vuelos del aeropuerto de Orly fueron cancelados y en Charles de Gaulle se esperaban retrasos.
Las principales organizaciones agrícolas y de negocios emitieron un comunicado esta semana en el que manifiestan que “los paros de transporte y las dificultades para obtener combustible están comenzando a impactar en la actividad económica del país. Algunas empresas han tenido que desacelerar su actividad y las más frágiles ven amenazas a su sobrevivencia”.
El mal momento de Hollande
Los esfuerzos del presidente François Hollande (del Partido Socialista) por sacar adelante su reforma laboral responden a la necesidad de reactivar una economía adormecida. El desempleo en Francia lleva años en los dos dígitos y duplica al de Reino Unido y Alemania, por lo que el gobierno busca maneras para aumentar la contratación.
No obstante, para los analistas, el fracaso de Hollande ha sido doble: ha dado pie atrás en parte de las medidas, generando críticas del mundo corporativo, pero sin lograr evitar la violencia en las calles.
“Reformar la economía francesa no es imposible si el presidente tiene popularidad, mayoría parlamentaria y visión de largo plazo”, dijo a Bloomberg el economista jefe de Oddo Securities en París, Bruno Cavalier. “Con el presidente Hollande, los tres factores están ausentes”.
Por su parte, Bruno Jeanbart, de la consultora OpinionWay en París, sostuvo que “desde el principio, le faltó respeto. Y los incidentes recientes han hecho que esa imagen empeore”.
Incluso si el jefe de Estado lograra reducir el desempleo, sus posibilidades de una reelección el próximo año podrían verse afectadas por su incapacidad para controlar los desórdenes en las calles. De acuerdo con una encuesta de BMF TV publicada hace una semana, tres cuartos de los votantes creen que el gobierno no ha tenido la suficiente fuerza para controlar las protestas y el vandalismo que se genera.
LAS POLÉMICAS DEL PROYECTO LABORAL
Facilidades.
La reforma permite el despido de trabajadores por malas condiciones económicas de las empresas y reduce los topes de las indemnizaciones.
Negociación.
El artículo más polémico de la iniciativa es el número 2, que permite a las compañías negociar contratos individuales de beneficios.
Horas extra.
El gobierno había propuesto una modificación al pago por horas extra, pero, según medios franceses, estaría dispuesto a no implementar esa medida para calmar a los sindicatos.
Por decreto.
Ante la negativa de legisladores de su propio partido de respaldar la iniciativa, el presidente François Hollande aprobó la ley por decreto, saltándose al Congreso.
