El Índice de Precios al Consumidor de China subió 1,6% anual en octubre, manteniéndose sin cambios en términos mensuales, indicó ayer la Agencia Nacional de Estadísticas, lo que aumenta la presión sobre las autoridades chinas para tomar medidas de estímulo de la economía a medida que la desinflación se expande.
En tanto, el Índice de Precios al Productor volvió a bajar 2,2% en octubre, acumulando un período récord de caída de 32 meses. La cifra superó la proyección de declive de 2% dada por un sondeo de Bloomberg.
Los menores precios del combustible y de los metales están recortando los costos en los precios al productor, permitiendo a los exportadores chinos reducir sus precios y añadir presión deflacionaria global.
"La baja inflación, la sobrecapacidad y excesivo nivel de inventario muestran que la segunda economía mundial está funcionando por debajo de su capacidad", dijo a Bloomberg el economista jefe de HSBC, Qu Hongbin.
Estos factores están provocando el crecimiento anual del país más lento en dos décadas.
"La demanda doméstica de China permanece baja y los riesgos desinflacionarios están al alza debido a la caída global del precio de los commodities", explicó el economista jefe de Barclays, Chang Jian.
"La tenue inflación da espacio para que el Banco Popular chino tome medidas, pero las amplias facilidades monetarias parece que se gatillarían ante cifras de crecimiento decepcionantes, que creemos que vendrán en los próximos meses", agregó. El objetivo de inflación del gobierno chino es del 3,5% para 2014.
