Economía

Venezuela enfrenta días claves para cumplir con pagos pendientes y evitar el default

La petrolera estatal Pdvsa debe desembolsar US$ 2.185 millones en los próximos diez días. La oposición pidió ayer reeestructurar la deuda para evitar una crisis humanitaria.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Martes 24 de octubre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Los rumores sobre la eventual bancarrota de Venezuela han circulado desde 2014, cuando el desplome de los precios del petróleo golpeó las cuentas del país. Pero con la escalada de la crisis política y las sanciones impuestas por el gobierno de Estados Unidos, los presagios de un trágico final nunca han estado tan cerca de volverse realidad.

Caracas enfrenta diez días que serán claves. El viernes vencen US$ 985 millones de bonos del gigante estatal petrolero Pdvsa, y la semana siguiente, el jueves, maduran otros US$ 1.200 millones.

En junio, Caracas no cumplió con el pago de US$ 940 millones a Rusia por deuda de 2011, restructurada el año pasado, y este mes no logró desembolsar US$ 350 millones a inversionistas, pero según las condiciones de esa deuda, el gobierno tiene un margen de 30 días adicionales para hacerlo.

En el caso de los bonos que vencen en estos días, no hay flexibilidad, ya que sin una cláusula de retraso los tenedores de bonos tienen derecho inmediato de pedir la deuda completa, provocando el default del país.

Ante este escenario, la oposición pidió ayer al gobierno que deje de priorizar a los bancos y tenedores de bonos y destine el dinero a las necesidades de los venezolanos. “¿Hasta cuándo Nicolás? Es hora de refinanciar la deuda y atender el hambre de todo nuestro pueblo. ¡Es hora de producir una economía sana!”, escribió en su Twitter presidente de la opositora Asamblea Nacional, Julio Borges.

Tour de financiamiento

Hasta julio, Nicolás Maduro había logrado cumplir con las obligaciones financieras de Venezuela, a pesar de la caída en los precios de petróleo, que representan un 95% de los ingresos del país en moneda extranjera. Para hacerlo, redujo las importaciones, pidió préstamos a Rusia y China (de dinero en efectivo y a cambio futuros envíos petroleros), vendió activos e hipotecó las reservas de oro del país.

Pero en los últimos meses la situación ha empeorado, en parte por las sanciones impuestas por EEUU, que prohibieron a las empresas estadounidenses comprar nuevos bonos de Venezuela y bloquearon las operaciones con algunos existentes.

En septiembre, aunque aseguró que el país cumpliría con sus obligaciones, Maduro anunció negociaciones con los inversionistas sobre los pagos pendientes y viajó a Argelia a presionar para que los precios del crudo vuelvan a sus niveles de 2013. En octubre, visitó Moscú para negociar una restructuración de deuda, estimada en unos US$ 9 mil millones.

El sábado llegó el turno de China, que posee unos US$ 29 mil millones de deuda venezolana. El ministro de Petróleo, Eulogio del Pino, se reunió con el vicepresidente de la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), Wang Dongjin, para “evaluar el avance de proyectos energéticos”, informó el diario El Mundo. “Hemos consolidado nuestra confianza mutua. La Corporación continuará siendo socio de Venezuela a pesar del bloqueo (de EEUU)”, aseguró Wang.

El deterioro de las cuentas llegó a tal punto que, según dijo ayer a Reuters el parlamentario opositor Ángel Alvarado, Caracas dejó vencer un contrato de canje de oro con Deutsche Bank, El gobierno había dejado US$ 1.700 millones en oro como garantía por un préstamo de US$ 1.200 millones, que debía -pero no pudo- devolver a principios de octubre. Ahora, recibirá sólo los US$ 500 millones de diferencia.

“Si anuncian el default, estarán fuera del gobierno dentro de tres meses. El cálculo es que terminarían en el gobierno, o en el exilio o en prisión”, explicó en agosto a FT Federico Kaune, jefe de deuda de mercados emergentes de UBS Asset Management.

“Bonos de hambre”

Aunque altas, las probabilidades de un default en los próximos meses podrían retroceder ante la poca disposición de los inversionistas de entrar en largas negociaciones que lo más probable es que terminen con una devolución mínima por dólar invertido.

Los papeles venezolanos han sido llamados “bonos de hambre”, por el contraste entre los altos rendimientos que garantizan a Wall Street y el derrumbe económico que producen en el país: desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999, han generado casi un 700% en retorno a los inversionistas.

“Es mejor para los tenedores de bonos recibir el efectivo, aunque sea tarde”, dijo a Bloomberg Lutz Roehmeyer, de Landesbank Berlin Investment. “La mayoría de los bonos pertenecen a fondos de EEUU o a inversionistas locales que no tendrán incentivos de iniciar el default”.

De todas maneras, sin una pronta recuperación de los precios del petróleo, Pdvsa -cuya producción está en mínimos de 27 años y que perdió casi 90% de sus ganancias el año pasado- tendrá que declararse en bancarrota más temprano que tarde.

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