La presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen, presentó esta mañana la que ha sido su más férrea defensa de las regulaciones que el banco central impulsó en medio de la crisis financiera de 2008, en momentos en que el presidente Donald Trump, busca deshacerse de muchas de ellas para impulsar el crecimiento.
Ante autoridades monetarias internacionales en el simposio anual de Jackson Hole, la autoridad manifestó que "la investigación sugiere que las reformas centrales que hemos implementado han impulsado sustancialmente la resiliencia, sin limitar inapropiadamente la disponibilidad del crédito o el crecimiento económico". Agregó que la Fed siempre está atenta a detectar "dónde se requieren los ajustes".
El gobierno de Donald Trump ha prometido retirar una serie de reglas que, aseguran, limitan la emisión de préstamos y el crecimiento económico del país. Entre ellas está la ley conocida como Dodd-Frank, que separa a los bancos comerciales de los bancos de inversión.
Ante ello, Yellen advirtió que "cualquier ajuste al marco regulatorio debería ser modesto, y preservar la mayor resiliencia que los bancos asociaron con las reformas dispuestas en años recientes".
Su discurso se enfocó fuertemente en la actividad regulatoria de la Fed y la presidenta no dio señales sobre los próximos pasos en la política monetaria de la mayor economía mundial. Respecto de ello, sólo señaló que "se ha logrado progreso significativo hacia los objetivos económicos de la Reserva Federal de máximo empleo y estabilidad de precios".
Tampoco habló de su continuidad en el cargo. Su período termina en febrero y el presidente Trump podría pedirle que inicie un nuevo período o nominar a un sucesor. En otras oportunidades, Yellen sólo ha señalado que pretende mantenerse "hasta el final de período".