Los gobiernos de los países miembros de la Unión Europea (UE) han tenido que utilizar US$ 2,1 billones entre 2008 y 2010 para rescatar a sus bancos, lo que equivale a algo más del 13% del PIB de la Unión, informó hoy la Comisión Europea (CE).
El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, señaló en una intervención en el Centro para Estudios Políticos Europeos (CEPS, en sus siglas en inglés) que tres cuartas partes de esta ayuda -US$ 2,1 billones-, fueron empleadas para facilitar garantías y medidas de liquidez, y los restantes US$ 531.384 millones se usaron para inyectar capital público y solucionar el problema de los activos tóxicos.
En noviembre pasado, los ministros de Finanzas de la UE descartaron conceder avales conjuntos a la banca europea para facilitar su refinanciación en los mercados a través de la emisión de deuda, ante la resistencia de varios países y ante la posibilidad de que puedan recurrir al fondo temporal de rescate.
En su lugar optaron por garantías nacionales coordinadas.
Almunia tuvo que prolongar a finales del año pasado el régimen especial para ayudas estatales a las entidades financieras, adoptado a finales de 2008 a raíz de la caída de Lehman Brothers en septiembre de ese año y el estallido de la crisis financiera y económica.
Desde su introducción, la CE ha decidido sobre la reestructuración o resolución de 42 bancos y actualmente está negociando los términos para la reestructuración de otras 23 entidades financieras.
Incluso antes del colapso de Lehman Brothers, la UE tuvo que reestructurar o buscar otras soluciones para algunos bancos europeas, como Northern Rock en el Reino Unido, Roskilde Bank en Dinamarca, e IKB, Sachsen Landesbank y WestLB en Alemania.