Internacional

Brasil intenta proteger su industria ante la amenaza de las importaciones chinas

La avalancha de productos chinos se ha quintuplicado desde 2005, lo que ha afectado a las empresas locales y a la creación de puestos de trabajo.

Por: | Publicado: Sábado 5 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
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María Ignacia Alvear C.



Hace sólo unos meses, Brasil y China formaban una de las más importantes alianzas comerciales, con dos de las mayores economías emergentes buscando concretar mayores oportunidades de negocios y manteniéndose en el mismo lado frente a temas globales clave, como el comercio global. Pero, al parecer, este idilio estaría comenzando a desmoronarse.

El principal problema que se le ha presentado a Brasil en esta relación es la avalancha de manufacturas chinas que se ha quintuplicado desde 2005, con un impacto negativo para los fabricantes locales y los puestos de trabajo que el nuevo gobierno intenta crear. De hecho, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff tiene contemplado pedir ayuda a su homólogo estadounidense, Barack Obama, para contrarrestar la amenaza de los productos fabricados en China.

Autoridades gubernamentales comentan que las reuniones semanales que Rousseff mantiene con sus consejeros para discutir cómo mejorar la competitividad de Brasil en el comercio mundial, en realidad se centran en resolver el problema chino. Las relaciones entre ambos países no son hostiles, pero vamos a tomar medidas para protegernos y para conseguir una relación más igualitaria, manifestó a Reuters un alto funcionario que quiso mantener su nombre en el anonimato.



China, el mayor socio comercial

China se convirtió en 2009 en el mayor socio comercial del país sudamericano, al tiempo que la demanda por el mineral de hierro y la soya brasileños se incrementó. Las exportaciones chinas a Brasil se elevaron 61% el año pasado a US$ 25.600 millones, mientras que el alza de 34% del real frente al yuan desde comienzos de 2009 rebajó el costo de las importaciones. La apreciación del real hizo que el ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, presionara a China para que revaluara su moneda. Y además de las medidas tomadas en 2010 que apuntaron a elevar los aranceles de juguetes y acciones antidumping para productos chinos, como calzado, el gobierno estudia la posibilidad de restringir la inversión extranjera directa de China en la actividad minera. Con el tipo de cambio en contra, los fabricantes brasileños no pueden competir. Según datos de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), las mayores importaciones del año pasado produjeron la pérdida de 70.000 puestos de trabajo en el sector manufacturero y la industria nacional dejó de percibir US$ 10.000 millones, informó el diario británico Financial Times.

Más cerca de EE.UU.



La frustración con las políticas chinas, en especial con la apreciación del yuan, convencieron al equipo de Rousseff de que Brasil debe fortalecer lazos con EE.UU. La relación entre ambos países, que sufrió un distanciamiento bajo el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, ha cambiado rápidamente en el nuevo gobierno. Obama anunció visita a Brasil en marzo, y China será un tema de conversación relevante cuando el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, visite el país la próxima semana.

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