China instó hoy al Congreso de EEUU a que abandone su postura contra las empresas de telecomunicaciones chinas Huawei y ZTE, consideradas por un comité de la Cámara de Representantes como una "amenaza" para la seguridad del país.
En un borrador de su informe sobre ambas compañías, el Comité de Inteligencia de la cámara baja considera que, por ello, estas empresas deben quedar excluidas de contratos y adquisiciones de compañías estadounidenses.
"China espera que el Congreso estadounidense respete los hechos y abandone estas prácticas", manifestó el portavoz chino del Ministerio de Exteriores, Hong Lei, en su rueda de prensa diaria.
El portavoz chino defendió que tanto Huawei como ZTE han trabajado en el mercado estadounidense "de acuerdo a las reglas internacionales" y que sus inversiones han demostrado los beneficios que producen los lazos económicos entre ambas potencias.
Por ello, instó al Congreso estadounidense a hacer "más cosas que beneficien la cooperación entre China y EEUU y no sólo a su país".
La determinación del Congreso de EEUU responde a una investigación efectuada por ese comité de la Cámara de Representantes hace casi un año contra las dos principales firmas tecnológicas chinas, ante el temor de que la rápida expansión de firmas de telecomunicaciones extranjeras en EEUU llegara a amenazar la seguridad nacional.
En el borrador del informe se indica ahora que no es imposible descartar que Pekín influya en las dos empresas de telecomunicaciones para dañar la seguridad de Estados Unidos.
Cuando la investigación dio comienzo, China criticó duramente esta iniciativa contra dos de sus principales compañías tecnológicas, a la que calificó de "politizada" y "electoralista" en un momento en el que EEUU se preparaba para comenzar el proceso de primarias en las elecciones presidenciales del país.
Tanto Huawei como ZTE acogieron positivamente las pesquisas y expresaron su confianza en que confirmarían que ambas firmas cumplían con las leyes del país.
La recomendación de la Cámara estadounidense se produce en un momento sensible para ambas potencias, a menos de un mes de que China y EEUU vivan una transición política.
El 6 de noviembre, se celebrarán los comicios electorales en el país norteamericano y tan sólo dos días después Pekín inaugurará el XVIII Congreso del Partido Comunista (PCCh), del que saldrán los líderes chinos del próximo decenio.