Por Shi Jiangtao en Beijing
Los recientes desastres de contaminación de agua en Guangxi y Jiangsu y severas sequías en partes de Yunnan y Jiangxi, que antes contaban con abundante suministro de agua, han reavivado los temores de que una grave crisis puede estallar en cualquier minuto.
Una sequía que ha asolado la provincia de Yunnan por tres años ha visto 120 ríos secarse y afectado a más de seis millones de personas, con 2,4 millones quedándose sin agua para beber. Aunque las autoridades están más propensas a culpar a la Madre Naturaleza por la escasez de agua y los rumores de tráfico por el pánico despertado por la contaminación, los ambientalistas apuntan a una serie de grandes errores humanos.
En el caso de Yunnan, grandes cantidades de basura, tecnología de riego obsoleta, insuficiente financiamiento de instalaciones agrícolas y la construcción de docenas de grandes represas en casi todos los grandes ríos han hecho la escasez de agua incluso peor.
Los ambientalistas dicen que los factores humanos, en especial la reticiencia del gobierno central para levantar el manto de secretismo, pueden aumentar significativamente el riesgo de una crisis, o exacerbar un desastre natural causado por la contaminación.
Lamentablemente, ellos han mostrado estar en lo cierto de nuevo en los dos recientes casos de derramamientos tóxicos, los que escalaron al nivel de pánico debido a la cultura de excesivo secreto gubernamental.
A principios de este mes, un derrame de químicos tóxicos desde un barco de carga coreano cerca de Zhenjiang, Jiangsu, contaminó las fuentes de agua fresca para la ciudad de 3 millones. No fue hasta el 7 de febrero, cuando se creyó que la contaminación estaba bajo control, que las autoridades admitieron que el agua de la ciudad había sido contaminada con fenol, un dañino ácido usado en los detergentes. Cerca de 10.000 personas se tomaron las calles de Zhenjiang para protestar contra los encubrimientos de las autoridades y demandar la verdad. El derrame tóxico en Guagxi fue bastante similar en términos de la respuesta inicial de las autoridades.
Los ambientalistas advierten que el gobierno aún tiene que aprender las lecciones de muchos desastres, desde los masivos derrames de petróleo en el Mar Bohai al aluvión de metales tóxicos y escándalos de envenenamiento de químicos.