El indicador de inflación preferido por la Reserva Federal (Fed) aumentó a un ritmo persistente en febrero y la demanda de los hogares fue más débil de lo esperado, lo que ilustra un consumidor más cauteloso en medio de crecientes preocupaciones sobre las finanzas.
El llamado índice subyacente de precios del gasto de consumo personal, que excluye alimentos y energía, subió un 0,4% con respecto a enero. Frente a igual mes del año anterior, el indicador aumentó un 2,8%, según datos de la Oficina de Análisis Económico publicados el viernes. Ambas cifras superaron ligeramente las previsiones de los economistas.
El gasto del consumidor ajustado a la inflación subió un 0,1%, después de registrar en enero la mayor caída en casi cuatro años, que fue atribuida por los economistas al mal tiempo.
Indicador |
Real |
Estimado |
Índice de precios PCE (m/m) |
+0,3% |
+0,3% |
Índice de precios PCE subyacente (m/m) |
+0,4% |
+0,3% |
Índice de precios PCE (a/a) |
+2,5% |
+2,5% |
Índice de precios PCE subyacente (a/a) |
+2,8% |
+2,7% |
Gasto real del consumidor (m/m) |
+0,1% |
+0,3% |
Los futuros sobre los índices de Wall Street ampliaron sus pérdidas, los rendimientos de los bonos del Tesoro siguieron en baja, mientras que el dólar registró una leve alza. Los operadores de swaps mantuvieron su proyección de dos reducciones de tasas de un cuarto de punto este año, la primera prevista para julio.
El informe apunta a una inflación persistente, en un momento en que los aranceles que planea implementar el Presidente Donald Trump corren el riesgo de avivar aún más las presiones sobre los precios. Su agresiva política comercial, que ha desplomado la confianza de empresas y consumidores, combinada con crecientes señales de tensión financiera en los hogares, ha generado temores de que la economía pueda caer en una estanflación o incluso en una recesión.
Las propias previsiones de la Fed subrayan esos temores: los funcionarios señalaron un crecimiento más lento y una inflación más rápida en las nuevas proyecciones publicadas en la reunión de políticas de la semana pasada. El presidente del banco central, Jerome Powell, restó importancia a las preocupaciones, e incluso revivió la palabra “transitorio” para describir sus expectativas de una inflación impulsada por los aranceles. Algunos de sus colegas han expresado mayor cautela.
Los funcionarios mantendrán estables las tasas de interés hasta que tengan más claridad sobre las políticas de Trump, en particular los aranceles, antes del gran despliegue de la próxima semana que el presidente ha llamado “Día de la Liberación”. Si bien Trump impuso algunos gravámenes a China el mes pasado, no parecieron tener mucho impacto en las cifras de inflación, ya que los precios al consumidor y al productor bajaron en febrero.
Gran parte del impacto de los aranceles en los precios se produciría a través de los bienes. Una medida de la inflación de los bienes que excluye alimentos y energía subió un 0,4% por segundo mes en febrero, el mayor incremento consecutivo desde 2022. Los precios de los servicios básicos —una categoría muy vigilada que excluye la vivienda y la energía— aumentó a un ritmo similar.
Si bien las lecturas de confianza del consumidor han sido sombrías últimamente, queda por ver si son un buen indicador del gasto. El gasto en mercancías se recuperó gracias a la demanda de bienes duraderos como los automóviles, mientras que el gasto en servicios cayó por primera vez en tres años, en gran medida debido a una reducción en las salidas a restaurantes.