Los bancos chinos emitieron US$ 138.800 millones en nuevos préstamos en moneda local en noviembre, por encima de los US$ 88.213 millones del mes anterior, según los datos publicados por el Banco Popular Chino (BPC).
La oleada de préstamos sugiere que el gobierno central está presionando a los bancos para que aumenten el financiamiento para apuntalar la expansión económica. En condiciones normales, los préstamos en China tienden a disminuir hacia final de año, ya que los bancos han cumplido gran parte de sus cuotas anuales en los dos primeros trimestres. Medidas recientes, como el recorte de las tasas de interés, han anulado esa tendencia y parece probable que los nuevos préstamos se aceleren también en diciembre.
La relajación de las condiciones de financiamiento era también evidente en el indicador más amplio de la liquidez, el financiamiento social total (TSF, sigla en inglés), que alcanzó US$ 187.200 millones en noviembre, un alza de 74% frente al mes anterior. La lectura del TSF mostró también los efectos de los continuos esfuerzos del gobierno para que la economía deje de depender de los canales de crédito no oficiales. Tanto los préstamos de fondos fiduciarios como las notas de aceptación de los bancos, dos considerables fuentes de financiamiento en la sombra, registraron repagos netos.
Pese a la reciente decisión del PBC de recortar las tasas, su postura de política monetaria no ha cambiado mucho. El banco central está tratando de recalibrar sus políticas para contrarrestar las condiciones de liquidez.
Como resultado, es poco probable que la última oleada de préstamos sea sostenible o suficiente para avivar significativamente la actividad económica.