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Burbuja inmobiliaria en Londres impulsa un renacimiento de los canales ingleses

Entre 2005 y 2014 el número de botes en los canales de Inglaterra aumentó en 25%.

Por: | Publicado: Viernes 2 de enero de 2015 a las 05:00 hrs.
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En una agradable mañana de sábado, el canal Regent en el norte de Londres bulle de actividad. Ciclistas y corredores avanzan por la ribera esquivando a las madres empujando los coches de sus niños. En un puesto beben café los peatones de ojos cansados. En una de las esclusas del canal, trabajadores de mantenimiento han hecho un alto mientras discuten qué es lo que harán en la red de vías fluviales de 200 años de antigüedad. Toda esta actividad es evidencia de que, en los últimos años, los canales han vuelto a ponerse de moda.

Construidos durante la revolución industrial, alguna vez fueron las principales arterias del comercio. El auge de los ferrocarriles y los caminos los volvió redundantes y muchos fueron abandonados, junto con las áreas industriales de muchas ciudades. Pero, a medida que esas mohosas zonas han vuelto a florecer, también lo han hecho los 4.800 km de canales que sobreviven. Entre 2005 y 2014 el número de botes en los canales de Inglaterra y Gales aumentó en un cuarto a 32.000. Los pasos de los canales están más congestionados en Birmingham y Manchester, donde muchos están diseñados como ciclovías. En algunas partes de la red fluvial, el transporte de carga está haciendo su regreso: el número de contenedores transportados en el canal de Manchester aumentó de 3.000 en 2009 a 23.000 en 2013.

Viviendas baratas

Los crecientes precios de las viviendas en Londres también han hecho que vivir en el agua sea más atractivo: el costo de arrendar una barcaza de dos dormitorios amarrada permanentemente en Little Venice, un sector de moda en el oeste de Londres, es de cerca de 900 libras (US$ 1.400) al mes, con pocas cuentas que pagar. Los arriendos de un departamento de dos dormitorios en la misma área parten desde un piso de 2.000 libras mensuales.

Recursos privados

Las políticas de las autoridades han ayudado. En 2012, cuando el gobierno buscaba recortar el gasto, descargó de sus libros a British Waterways, la entidad estatal que gestionaba dos tercios de los canales. Se estableció el Canal and River Trust (también se creó una organización manejada por el Estado separada para Escocia). El financiamiento del Departamento de Medioambiente, Alimentos y Servicios Rurales fue recortado desde cerca de 70 millones de libras al año a 40 millones, pero se garantizó por quince años. Esto significa que las entidades de caridad pueden tomar las decisiones de inversión de largo plazo que requieren, dice Richard Parry, jefe del fideicomiso. Hay más probabilidades de que los contratistas cierren un acuerdo si saben que el financiamiento es seguro.

Libre de las intervenciones del gobierno, las entidades de caridad ahora pueden recurrir a otras fuentes de efectivo. En 2012 el Heritage Lottery Fund aportó 1,5 millón de libras para ayudar a restaurar un acueducto y un molino de cal en Stockport, un municipio en Greater Manchester. En 2013 el Arts Council aportó 2 millones de libras para financiar eventos artísticos a las orillas de los canales de Inglaterra noroccidental. Y la caridad hace que el público participe mucho más de lo que lo conseguía British Waterways. Esto aumenta los ingresos: más de 9.000 ingleses se han registrado como "amigos" del fideicomiso.

Estilo de gestión

El acuerdo entre el gobierno y el Canal and River Trust es "sorprendentemente lúcido" dice Simon Thurley, jefe de English Heritage, entidad que está viviendo su propia separación respecto de Whitehall.
Esto también contrasta con la manera en que el gobierno actualmente planea formas más modernas de infraestructura. Frecuentemente esto se hace de un modo más caso a caso o en acuerdos de cinco años, con grandes sumas de dinero involucradas. Pero diversos expertos, como Sir John Armitt, que encabezó la entidad que supervisó las construcciones de las Olimpiadas de Londres de 2012, están pidiendo una estrategia más largo plazo, y que una comisión planifique los caminos y vías férreas de Inglaterra con 25 años de anticipación. Esta entidad, si alguna vez se crea, podría hacer bien en imitar el modelo de los canales ingleses, que alienta una planificación de largo plazo y provee protección ante las vicisitudes de los cambios políticos.

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