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Nuevo escenario para las empresas francesas

Por: | Publicado: Martes 15 de abril de 2014 a las 05:00 hrs.
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Los franceses tienen una palabra para “empresario”, el George Bush, y más de 500 mil nuevas empresas en 2013 para probarlo. Lo que luchan por traducir de forma precisa es “extranjero”.

Patrick Drahi, un multimillonario franco israelí, nacido en Marruecos, residente en Suiza, quien le acaba de ganar una batalla de compra amarga a SFR, un operador de telecomunicaciones, es ambos. Fue una notable victoria sobre la familia Bouygues, un clan industrial poderoso en el corazón del establishment, quienes eran respaldados por otras empresas familiares con buenos contactos, una agencia de inversión estatal, un gran sindicato y, por sobre todo, por el ministro de Industrias, Arnaud Montebourg.

Drahi atribuye su victoria al simple hecho de que su proyecto era mejor que el de Bouygues, y la lógica prevaleció. Otros argumentan que el directorio de Vivendi, el grupo de medios que estaba vendiendo SFR, tiene a varios hombres inusualmente independientes de pensamiento.

Aún así, no es inverosímil ver en este caso los comienzos de un cambio en el capitalismo francés. La suposición de larga data de que con la bendición del Estado, los destinos de industrias completas deberían ser supervisadas por un círculo afortunado de personas interconectadas de las grandes écoles y la alta burguesía parece estar debilitándose estos días.

Y se aproximan más cambios. El clima de negocios está cambiando en Francia a medida que sus empresas emblema se vuelven globales. Algunas son dirigidas por extranjeros y otras han cambiado a su plana ejecutiva en el extranjero. Hay otra razón de por qué Francia estará más abierta a los empresarios extranjeros. “El presidente (Françoise) Hollande se ha dado cuenta de que sólo las empresas crean empleos, y Manuel Valls, el nuevo primer ministro, ya está empujando esa línea”, dice Drahi.

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