Por Marco Fajardo
Los mercados aguardan con expectación la segunda reunión de política monetaria del gobernador del Banco de Japón (BoJ), Haruhiko Kuroda, con la esperanza de escuchar nuevas medidas de estímulo para apuntalar la economía.
Kuroda, que asumió el 20 de marzo, declaró la guerra a la caída de precios y apuntó a una meta inflacionaria de 2% anual con un colosal paquete de estímulo por
US$ 1,4 billón (millón de millones) que duplicará la base monetaria. La agresiva estrategia ayudó a disparar el mercado bursátil nipón y a depreciar al yen a niveles que no se veían desde 2009.
Kuroda dijo esta semana a la prensa que el banco central ha tomado todas las medidas “necesarias” y “posibles” para alcanzar la meta de precios. Algunos miembros del directorio del BoJ han señalado que es inviable seguir ampliando la compra de bonos gubernamentales más allá de lo anunciado, pero Kuroda ya ha derrotado a sus opositores dentro del BOJ antes.
Pese a la creciente esperanza por medidas de estímulo que resurgió esta semana ante las crecientes señales de estancamiento, la mayoría de los economistas encuestados por Bloomberg no anticipa un alivio adicional esta semana, y cree que los anuncios de Kuroda se enfocarán en el panorama de precios.
Analistas de Goldman Sachs y JPMorgan dice que las propias estimaciones de precio podrían usarse como una herramienta para poner fin a la deflación.
El BoJ indicaría que su meta inflacionaria podría alcanzarse en la primavera (boreal) de 2015, según reportó el diario Nikkei hace una semana. La estimación de precios de hecho será “de facto una herramienta de propaganda”, dijo el viernes Yasunari Ueno, economista jefe de mercado de Mizuho Securities, en un reporte.
Kuroda ha señalado que avivar las expectativas de inflación puede desatar demanda reprimida e impulsar el crecimiento del crédito al aliviar el temor a que aumente la deuda real.
Las apuestas son altas para Kuroda. El BoJ podría perder su credibilidad si no derrota la deflación en los próximos meses, tras un descenso del IPC de 1% en marzo. “Es un juego de confianza”, dijo Masamichi Adachi, economista senior de JPMorgan en Tokio y ex funcionario del BoJ, a Bloomberg. “El BoJ intenta usar su previsión de inflación para convencer a los mercados que pueden lograr la meta del 2% en dos años, a pesar de que algunos miembros del mercado creen que no es realista”, dijo.
Quince años de deflación
Kuroda fue designado por el gobierno de Shinzo Abe, primer ministro desde diciembre, y anunció que su objetivo era sacar al país de una deflación de 15 años que ha golpeado el consumo, los salarios y la producción.
Presentó su plan en la primera reunión de política monetaria del 4 de abril. No encontró resistencia en la reunión del G20 de la semana pasada en Washington y el martes fue respaldado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aunque ésta le advirtió del peligro que suponen su déficit crónico y desmesurada deuda pública, que espera llega al 230% del PIB en 2014, la mayor del mundo.
El principal índice bursátil, el Nikkei, ha ganado 33% este año y llegó ayer a su mejor nivel desde 2008, mientras el yen comenzó en septiembre una caída que lo llevó de 80 yenes por dólar en noviembre a 99,39 al cierre de ayer. Se aproxima así a la barrera de 100 yenes, que Kozo Yamamoto, un parlamentario cercano a Abe, califica de “apropiada”. El yen podría alcanzar los 110 por dólar en los próximos seis meses, dijo ayer David Forrester, presidente de estrategia para divisas G10 del Macquarie Bank, a Bloomberg.
La devaluación del yen ayuda a las empresas exportadoras niponas. De 69 empresas que han presentado resultados este mes, 45% superó las expectativas.