El refugio que surgió con la crisis de deuda

Conciliar un “inesperadamente fuerte desempeño” con la “creciente preocupación” por la eurozona, es la tarea que se han autoimpuesto las autoridades del banco central más antiguo del mundo, el Swedish Riksbank.

La razón es que el instituto emisor sueco ha sido testigo del desarrollo de la bien diversificada y rica economía sueca, la moderada deuda soberana del país y sus fuertes instituciones.

Suecia, una de las únicas doce naciones con nota AAA por las tres mayores agencias de rating, surgió como un refugio de la crisis de Europa, ya que el gobierno recortó la deuda y la economía durante 2010 se recuperó al ritmo más rápido en la Unión Europea.

El gobierno elevó la semana pasada su previsión presupuestaria para indicar que sus finanzas están balanceadas y el ministro de la cartera, Anders Borg, aseguró que la fortaleza financiera crea un espacio para las inversiones que “establecerán las bases de un crecimiento más alto”.

Y es que el manejo fiscal sueco ha sido fuerte.

La implementación efectiva de límites de gasto y la prudencia en las metas del presupuesto gubernamental ayudaron a reducir la deuda general a 38,4% del PIB en 2011 desde un máximo de 78% del PIB en 1993. Esto está significativamente por debajo del actual promedio de los 27 países de la Unión Europea de 82,5%.

La agencia Fitch Ratings, que afirmó la nota sueca en julio, destacó que en el sector bancario los niveles de ganancias y capitalización son fuertes y que el riesgo para la nación de un contagio financiero desde la eurozona es moderado por la baja exposición directa de los bancos suecos a los países periféricos que utilizan el euro.

La calificadora agregó que tampoco considera probable una crisis bancaria en vista de la alta adecuación de capital del sistema bancario sueco y su demostrada resiliencia.

Los datos del PIB, que creció 1,4% hasta junio, tras avanzar un revisado 0,9% el primer trimestre, respaldó el panorama del Swedbank, el grupo bancario líder en países Nórdicos y Bálticos con 9,5 millones de clientes, que prevé que el Riksbank mantendrá su tasa en 1,5% por el resto del año.