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Bachelet: "La mejor manera de impedir que el populismo surja es derrotar la desigualdad"

Por: Benedict Mander
, Santiago
. | Publicado: Martes 3 de junio de 2014 a las 05:00 hrs.
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Michele Bachelet, la presidenta de Chile que volvió al poder en marzo, ha buscado calmar los temores de los inversionistas de que su ambicioso programa de reformas socavaría la fórmula detrás de más de dos décadas de robusto crecimiento económico.

“No fui una populista en el pasado y no lo soy ahora”, dijo Bachelet en una entrevista explicando que, aunque tiene como propósito cumplir sus promesas de campaña de revisar los sistemas educacional y tributario, lo hará de una manera “razonable” y “gradual”.

Bachelet, quien encabezó ONU Mujeres después de su período presidencial anterior que finalizó en 2010, ganó con una aplastante victoria en la elección presidencial con una plataforma que incluyó la educación universitaria gratuita. Para financiar esto, planea recaudar US$ 8.200 millones adicionales en impuestos, lo que equivale al 3% del Producto Interno Bruto del país.

Sin embargo, con la demanda de cobre de parte de China desacelerándose, la oposición y los grupos empresariales temen que Bachelet deteriorará las políticas económicas que han hecho a Chile el país más rico de la región.

“Nuestro modelo económico ha sido elogiado”, comentó la ex pediatra refiriéndose al “milagro chileno” que transformó al que en los años 70 era uno de los países más pobres de Latinoamérica en una de las economías más prósperas y estables. “Pero aunque hemos sido exitosos en alcanzar el crecimiento económico, somos un país con grandes desafíos en desigualdad”.

Añadió: “Chile ha cambiado, no es el mismo Chile que goberné antes. La gente está más consciente de sus derechos y es mucho más exigente”.

La presidencia de Sebastián Piñera, su antecesor, estuvo marcada por grandes manifestaciones estudiantiles, con hasta un millón de personas tomándose las calles de Santiago para protestar contra la desigualdad.

Los analistas creen que Bachelet ahora debe actuar cuidadosamente al corregir las debilidades en un modelo económico que comenzó bajo la dictadura de Augusto Pinochet, sin complacer las demandas de un movimiento radical de estudiantes que no representa a la mayoría.

“Estamos viendo cómo podemos seguir haciendo las cosas buenas que hicimos antes, mientras introducimos una serie de nuevos elementos que permitirían que la economía continúe creciendo, pero al mismo tiempo, a medida que la sociedad se desarrolla de manera más armoniosa”, acotó.

Incertidumbre por planes


Poniendo énfasis en la importancia de mantener un sólido clima de negocios y las reglas del juego claras para los inversionistas extranjeros, Bachelet criticó el fracaso de los gobiernos anteriores en reducir la dependencia del país en el cobre, el que representa 60% de los ingresos por exportaciones del país. Una exposición así a un solo metal hace a Chile muy vulnerable a un relajo del auge de los commodities.

“Ésa es la razón de por qué es tan importante diversificar la economía”, señaló, rechazando las versiones de que la economía chilena se estaba desacelerando debido a una caída en la inversión como consecuencia de la incertidumbre por los planes de su gobierno. Bachelet dijo que la ralentización económica se inició a comienzos de 2013, antes de que ella fuera candidata presidencial. Varios economistas han criticado su planeada alza de impuestos, aprobada por la Cámara Baja y que no se espera que cambie significativamente en el Senado.

Pero más controversiales son las propuestas para invertir la mayoría de los ingresos tributarios extra en las reformas educacionales que los críticos creen que están más enfocadas en poner la educación bajo el control del Estado que en mejorar la calidad.

Bachelet insistió en que Chile necesitaba mejorar su capital humano enfocándose en la calidad educacional. También está buscando implementar una serie de medidas que buscan rebajar uno de los costos energéticos más altos de la región.

Otros están preocupados de que Bachelet simplemente fracasará en cumplir sus promesas, agravando las frustraciones y preparando el camino para que un líder verdaderamente populista tome el poder.

“La mejor manera de impedir que el populismo surja es avanzando en derrotar la desigualdad, hablar con la verdad, y cumplir las promesas”, dijo, mientras admitió que algunos de los efectos positivos de sus reformas, especialmente en materia de educación, no se materializarán completamente durante su presidencia.

Sin embargo, alguien tiene que dar el primer paso: “Hay ciertas cosas que siempre han sido parte del paisaje de Chile que nunca nadie cuestionaría porque están ahí. Pero de repente dices: ‘¿sabes qué? Chile puede hacerlo mejor, Chile puede aspirar a hacer mucho más’”.

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