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Fría respuesta gala a plan que aumenta poder presupuestario


Francia envió una clara señal de su renuencia a darle a Bruselas más poderes...

Por: | Publicado: Jueves 1 de diciembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Hugh Carnegy en París



Francia envió una clara señal de su renuencia a darle a Bruselas más poderes para hacer cumplir medidas presupuestarias a miembros individuales de la eurozona, en la víspera de un discurso histórico del presidente galo, Nicolas Sarkozy, sobre la crisis de deuda soberana.

“Lo que queremos es mayor disciplina presupuestaria, pero una disciplina presupuestaria ejercida por los estados, con una verdadera participación de los parlamentos nacionales. Esta pregunta sobre soberanía no se presenta para nosotros”, dijo la ministra de Presupuesto y portavoz del gobierno, Valérie Pécresse.

La ministra citó la propuesta, ya lista, para que todos los miembros de la eurozona adopten una “regla de oro” que obligue a los gobiernos a balancear sus presupuestos “que serían controlados por la jurisdicción de los estados”.

Pécresse dijo que la disciplina presupuestaria estaría “bajo control” de instituciones europeas, pero que la implicancia evidente era que las sanciones judiciales estarían en manos de países individuales.

Los comentarios de la ministra fueron una señal de que Francia y Alemania mantienen distancia pese al compromiso de Sarkozy y la canciller germana, Angela Merkel, de hacer propuestas conjuntan a tiempo para la cumbre de la Unión Europea del 9 de diciembre para reformar controles económicos y presupuestarios en el área de moneda única de 17 miembros.

Con Merkel declarando firmemente la visión alemana de una “unión fiscal”, Sarkozy entregará su propia visión de cómo restaurar la estabilidad de la eurozona esta tarde en Toulon, escena de un importante discurso anterior del presidente en septiembre de 2008, en plena crisis financiera global.

El acuerdo de reformas de gobernanza en la eurozona es un elemento central del intento por finalmente convencer a los mercados financieros y, urgentemente, al Banco Central Europeo, de que no se puede permitir que la incontinencia fiscal que llevó a la crisis de deuda soberana suceda de nuevo.

El presidente francés está de acuerdo en la necesidad de una mayor integración de las políticas fiscales, para ajustar los controles sobre presupuestos nacionales, y para el principio de castigo contra los países que no cumplan las reglas. Pero el lado francés es renuente a aceptar la determinación alemana de meterse en las reglas vinculantes de los tratados de la Unión Europea que le dan a las instituciones europeas el poder de hacer cumplir las medidas presupuestarias.

Sarkozy quiere que los gobiernos electos mantengan el poder de tomar decisiones y que la aplicación de disciplina fiscal se mantenga a nivel nacional. No ha usado la frase “unión fiscal”.

París enfatizó que quiere un compromiso de las instituciones europeas para una “solidaridad financiera”. Esto quiere decir que quiere que el BCE intervenga con urgencia para controlar la carrera de los bonos de deuda soberana.

Autoridades galas también han dejado claro que las reglas fiscales fijadas por Bruselas no debieran ser tan rígidas, porque no le dejan espacio a los países para ajustarse a los choques; temen que mucha austeridad ahogue el crecimiento.

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