Washington/Londres
El Reino Unido ha cerrado el primer acuerdo con Estados Unidos desde que el Presidente Donald Trump desencadenó una guerra comercial, al conseguir recortes de los aranceles punitivos sobre las exportaciones de automóviles y acero, pero sin revertir el gravamen fijo del 10% que se aplica a la mayoría de los productos.
Lo convenido mantendrá sobre la mayoría de las exportaciones británicas los gravámenes estadounidenses del 10% que Trump impuso el mes pasado.
El pacto fue desvelado el jueves por el mandatario estadounidense en el Despacho Oval, al que se sumó por teléfono el primer ministro británico, Sir Keir Starmer. Ambos líderes elogiaron efusivamente la fortaleza de la relación entre sus países.
Pero el alcance del acuerdo entre EEUU y el Reino Unido es limitado, muchos de los detalles tienen que ser limados y el resultado final todavía deja a Gran Bretaña frente a una relación comercial más dura con Estados Unidos que antes de que Trump introdujera aranceles globales radicales el mes pasado.
Las acciones estadounidenses subieron tras el anuncio, con los inversores animados por la perspectiva de nuevos acuerdos -incluso con China- para limitar el daño de los gravámenes que han ahogado el comercio. El índice S&P 500 subió más de un 1%, hasta alcanzar su nivel intradía más alto desde el 27 de marzo, antes de ceder terreno y terminar la jornada con una subida del 0,6%.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y altos funcionarios chinos tienen previsto reunirse en Suiza este fin de semana para tratar de desescalar la guerra arancelaria entre las dos mayores economías del mundo.
“Les diré que China tiene muchas ganas de llegar a un acuerdo. Veremos cómo resulta”, dijo Trump.
Preguntado por si se plantearía rebajar los aranceles estadounidenses a las importaciones chinas, el presidente estadounidense respondió: “Ahora mismo, no se puede subir más. Está en el 145%, así que sabemos que va a bajar”.
Los detalles
El acuerdo entre EEUU y el Reino Unido, descrito por Trump como “completo y exhaustivo”, mantendrá los gravámenes estadounidenses del 10% sobre la mayoría de las exportaciones británicas que Trump impuso el mes pasado.
Pero, de manera crucial, ofrece al Reino Unido un indulto de los aranceles adicionales del 25% sobre automóviles y metales que la administración Trump había establecido previamente y que eran de especial tensión para Gran Bretaña.
Las exportaciones británicas de acero y aluminio estarían ahora exentas de aranceles, según el Gobierno británico, mientras que los primeros 100.000 automóviles británicos vendidos anualmente en EEUU -la gran mayoría del total- estarían sujetos a un gravamen reducido del 10%.
“Este acuerdo histórico beneficia a las empresas y a los trabajadores británicos, protegiendo miles de puestos de trabajo británicos en sectores clave como la fabricación de automóviles y el acero”, declaró Starmer.
A cambio, el Reino Unido ofrecerá a los agricultores y ganaderos estadounidenses un mejor acceso al mercado a través de un sistema de cuotas con aranceles más bajos, pero sin alterar sus normas alimentarias, lo que allanará el camino para algunas importaciones de carne de vacuno. El Reino Unido eliminará sus aranceles sobre el etanol estadounidense, utilizado para producir cerveza.
“Nuestra mayor preocupación es que... los sectores agrícolas han sido señalados para soportar la pesada carga de la eliminación de aranceles para otras industrias de la economía”, dijo Tom Bradshaw, presidente del Sindicato Nacional de Agricultores del Reino Unido.
Los equipos de Trump y Starmer también acordaron trabajar en un pacto comercial digital para profundizar en la cooperación y abordar las preocupaciones de EEUU sobre el impuesto de servicios digitales del Reino Unido dirigido a Big Tech, que se mantiene por ahora.
Cabe destacar que el acuerdo entre EEUU y el Reino Unido también despertó dudas respecto a si cumple con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que exigen aplicar los aranceles de manera equitativa, bajo el concepto de “la nación más favorecida”.
Ignacio García Bercero, ex alto funcionario de la Comisión Europea y actualmente miembro del centro de estudios Bruegel, advirtió que, justamente en ese sentido, la decisión del Reino Unido de reducir aranceles a exportadores estadounidenses sin extender los mismos beneficios a otros países podría enfrentar impugnaciones legales.