Por Hugh Carnegy
, Paris
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Una revuelta de los minoristas y trabajadores franceses en contra de las restricciones para que el comercio opere los domingo que, dicen, restringe el empleo y el crecimiento, ha obligado el gobierno socialista a pasar a la defensiva en momentos en que desempleo alcanza niveles récord y la actividad económica sigue débil.
Dos grandes tiendas de retail, Leroy Merlin y Castorama, abrieron 14 de sus tiendas en la región de París el domingo, desafiando la decisión judicial emitida la semana pasada ordenando su cierre.
Decenas de empleados se unieron a las manifestaciones a favor de la apertura bajo el lema “sí al fin de semana”, que suena a los oídos franceses parecido al “Yes We Can”, el eslogan presidencial de Barack Obama.
La rebelión siguió a una orden judicial similar emitida este mes obligando Sephora, un emporio de cosméticos de los prestigiosos Campos Elíseos en París, a cerrar sus puertas todos los días a las 21:00.
Un grupo de sindicatos solicitó al tribunal que prohibiera a Sephora, propiedad de LVMH, el grupo de productos de lujo más importantes del mundo, abrir hasta la medianoche y más tarde, sin embargo, la cadena lo ha seguido haciendo con el apoyo de sus trabajadores.
Jean-Marc Ayrault, el primer ministro, rápidamente convocó a una reunión de los ministros involucrados para discutir el tema en medio de señales contradictorias desde un gobierno, bajo una fuerte presión de la Unión Europea y otras instituciones para liberalizar el estricto mercado del trabajo francés y lograr una regulación del mercado más amplia.
En una declaración emitida después se estimó que el “descanso” del domingo seguía siendo un “principio esencial de la protección de los trabajadores y la cohesión social”, pero que el gobierno había nombrado una comisión para examinar “las debilidades de la normativa vigente”. Mientras tanto, dijo, se debe respetar la ley.
Los sindicatos han utilizado con éxito los tribunales para reprimir las intentos de trabajar los domingos y por la noche. Jean-Claude Mailly, jefe del sindicato Force Ouvriere (FO), reconoció que las leyes necesitan aclaración. Sin embargo, advirtió que “la regla es el cierre. Abrir no puede ser más que una excepción. Decimos, cuando se trabaja un día domingo, debe ser el doble de sueldo”.
Para los retailers, su frustración es por la “milhoja kafkiana” de reglas que se aplican, consignó el diario económico Les Echos. Los centros de jardinería y tiendas de muebles pueden abrir todo el día los domingo, mientras que las tiendas de alimentos puede abrir la mitad del día. Pero las tiendas minoristas deben permanecer cerradas.
Algunos minoristas están autorizados a abrir los domingo en las zonas turísticas designadas, como los Campos Elíseos.
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