Por Renato García Jiménez
“Sin lugar a dudas, China fue el faro que iluminó la sombría economía mundial, golpeada por el colapso del crédito, y su recuperación ayudó a acelerar la recuperación global”. Con estas palabras, William Adams, economista del prestigioso centro de estudios Conference Board en Washington describió el papel que jugó el gigante asiático durante la última crisis financiera.
Hoy, con la amenaza de un nuevo colapso en EEUU y Europa acechando a la economía global, los ojos del mundo vuelven a mirar hacia Oriente. Si se cumplen los peores presagios, y el mundo vuelve a hundirse en un período de oscuridad, ¿podrá China nuevamente liderar el carro del crecimiento, gracias a un apetito por materias primas, petróleo y commodities agrícolas que hasta ahora parece insaciable?
China es hoy más relevante para el crecimiento de la economía mundial que el propio EEUU. JPMorgan Chase proyecta que 36% del crecimiento del PIB mundial será aportado por China este año, el doble que EEUU. Y China ha desplazado además a EEUU como el principal destino para las exportaciones de muchas economías emergentes, como Chile.
China también jugará un papel clave para EEUU, agobiado bajo una montaña de deudas. El ex secretario de Estado, Henry Kissinger, aseguró que la estabilidad del sistema financiero mundial dependerá de que el gobierno chino siga comprando bonos del Tesoro estadounidense. China es el mayor tenedor de bonos del Tesoro, con US$ 1,15 billón (millón de millones) en abril.
Difícil equilibrio
La clave sobre el futuro rol de China estará en la capacidad del gobierno de llevar adelante un plan para balancear el crecimiento de la economía, que se expandió 10,3% el año pasado. Si el gasto y el crédito no se moderan, podrían desatar un espiral de precios. La inflación alcanzó un máximo de tres años en junio y se ha mantenido por sobre la meta del banco central desde enero, a pesar de que la autoridad ha subido las tasas de interés tres veces este año y ha elevado los requisitos de reserva de los bancos a un nivel récord para frenar los préstamos.
La inflación es el enemigo más temido, porque las alzas de precio no sólo socavan el poder adquisitivo de los hogares sino que además destruyen sus ahorros. El aumento en el costo de los alimentos es una de las razones tras los estallidos sociales en Medio Oriente y el gobierno tomó nota de ello. El primer ministro Wen Jiabao anunció a comienzos de mes que la inflación se mantendrá como la mayor prioridad del gobierno.
Por otro lado, los funcionarios deben tener cuidado de no pisar demasiado fuerte el freno. China debe crecer al menos 8% anual para crear suficientes empleos como para absorber a los 13 millones de trabajadores que cada año se suman a la fuerza laboral, muchos de ellos campesinos que se trasladan a las grandes ciudades.
El gobierno se comprometió en su último plan quinquenal a mantener la tasa de desempleo urbano bajo 5%, que marca el punto de equilibrio por sobre el cual la cesantía comienza a generar un mayor descontento social.
Aunque no existen cifras oficiales, se estima que cada año se producen alrededor de 100 mil protestas masivas en el país. La elevada cifra, sin embargo, se justifica en parte por el enorme tamaño de la población y la basta extensión del territorio, pero es un recordatorio del delicado equilibrio que debe mantener un régimen autoritario que gobierna a 1.300 millones de personas y cuya legitimidad está sustentada sobre el progreso colectivo.
Tibio, tibio
El PIB en China creció 9,5% en el segundo trimestre, ligeramente por debajo del 9,7% de los primeros tres meses, y el Fondo Monetario Internacional proyecta que la cifra podría estabilizarse en torno a 9,6% para la totalidad del año.
El índice de tendencia de la economía, que marca las expectativas para los siguientes seis meses, subió en mayo por tercer mes consecutivo, reflejando que la economía sigue firme. Los observadores locales apuestan a que el banco central volverá a subir la tasa de interés al menos una vez más este año, para asegurarse de que la inflación no se salga de control. Y el gobierno además anunció recientemente que extenderá los controles a los precios de las viviendas a las ciudades más pequeñas del interior, para contener la especulación inmobiliaria.
La economía ya está dando señales de estabilización. Las manufacturas se habrían contraído en julio por primera vez en un año, según el índice PMI que elabora el banco HSBC. El equivalente estatal de este mismo indicador será publicado el lunes.
Paradójicamente, un estancamiento en la economía estadounidense y una caída en su demanda por importaciones, podría ayudar a China a asegurar un “aterrizaje suave” y mantener su papel como puntal de la recuperación global.