Por Isabel Ramos
El presidente estadounidense Barack Obama delineó ayer un ambicioso plan de reducción de gastos, que permitirá disminuir el déficit fiscal en US$ 4 billones (millones de millones) a 2023, saliendo al paso de las crecientes críticas por su falta de liderazgo para equilibrar las cuentas del gobierno.
Obama argumentó que la creciente deuda pública podría costar empleos y dañar a la economía, además de obligar al país a endeudarse aún más con otras naciones, como China.
“Si los acreedores comienzan a preocuparse de que podríamos ser incapaces de pagar nuestras deudas, eso podría impulsar al alza las tasas de interés para todos quienes piden préstamos, haciendo más difícil que las empresas se expandan y contraten, o que las familias pidan créditos hipotecarios”, alertó. “Nosotros podemos resolver este problema”, agregó Obama, quien ya inició su campaña para la reelección en 2012.
La propuesta del presidente se basa en cuatro pilares fundamentales: reducir el déficit a 2,5% del PIB a 2015 y luego a 2% hacia el final de la década; poner fin a los beneficios tributarios de la era Bush para los estadounidenses más ricos, que expiran en 2012; lograr ahorros por
US$ 770 mil millones a 2023, aplicando recortes a los gastos discrecionales que no sean de defensa; conseguir ahorros por US$ 480 mil millones en los sistemas de salud Medicare y Medicaid a 2023, y al menos
US$ 1 billón más a 2033.
Asimismo, el presidente llamó a realizar una reforma al código tributario de personas y empresas y afirmó que pretende recaudar ingresos adicionales por US$ 1 billón a través de alzas de impuestos y de la eliminación de beneficios tributarios, sin especificar cuáles.
Crítica de republicanos
La propuesta de Obama llegó una semana después de que el presidente del Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, diera a conocer su propio plan. El proyecto de Ryan reduce el déficit en US$ 4,4 billón en una década, a través de recortes de gastos por
US$ 5,8 billones, y propone rebajar los impuestos a los estadounidenses con ingresos más altos y a las empresas a 25%, desde 35%.
El mandatario intentó mostrar un claro contraste con esta propuesta, pero los republicanos ya han advertido que no apoyarán un plan que incluya un alza de impuestos. “Es tiempo de actuar”, dijo antes del discurso de Obama el líder republicano en el Congreso, Mitch McConnell. “No creemos que la falta de ingresos sea parte del problema, así es que no discutiremos un aumento de impuestos”, aseveró.
Una de las críticas tras el anuncio fue la falta de medidas concretas. El mandatario pidió a la oposición republicana y a su partido, el Demócrata, que negocien una estrategia detallada para sacar adelante esta meta. Este grupo bipartidista será liderado por el vicepresidente Joe Biden, y comenzará las negociaciones recién el próximo mes.