Por Isabel Ramos Jeldres
Lo que se necesita para superar la crisis de la zona euro es más Europa. Ese es el mensaje común que los representantes de los países de la Unión Europea en Chile quisieron entregar en la celebración del “día de Europa”.
Un día como ayer, en 1950, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Robert Schuman, realizó un llamado de unión a los países del continente que marcó la formación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, que luego derivó en lo que hoy conocemos como Unión Europea.
Embajadores de países de la UE presentes en nuestro país fueron enfáticos en destacar que el proyecto europeo es de largo plazo, y que la respuesta a la crisis ha sido la adecuada.
El embajador jefe de la delegación de la Unión Europea en Chile, Rafael Dochao Moreno, aseguró que pese a la crisis la UE sigue siendo el primer receptor de Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo, y el principal donante de ayuda al desarrollo. El Producto Interno Bruto de los 27 suma 12,6 billones (millones de millones) de euros, lo que sigue por encima de los 11,3 billones de euros de Estados Unidos, y lejos del Producto que exhibe China y Japón.
Asimismo, el representante diplomático dijo que el déficit de 2,6% del PIB proyectado para 2013 en la zona euro es tres veces menor que el de EEUU, y que la deuda pública bruta de la eurozona es similar a la primera potencia mundial, pero se ubica muy por debajo de Japón.
Asimismo, enfatizó el interés que siguen mostrando naciones por integrarse al proyecto, como sucede con Croacia, que a partir del 1 de julio se transformará en el integrante número 28 de la Unión Europea.
Dochao Moreno anunció además que a partir del próximo año se producirá un profundo cambio en la democracia del bloque, ya que por primera vez en su historia, el líder del partido más votado en las elecciones del Parlamento Europeo se convertirá en el presidente de la Comisión Europea.
Austeridad y falta de unión
Las principales críticas, sin embargo, apuntan a la efectividad real que han tenido las medidas de austeridad, y que han impuesto duros sacrificios de parte de la ciudadanía; y a la falta de unión para enfrentar la crisis, donde Alemania parece ser la voz dominante.
“Hay que insistir en el método, volver a la salud no será un proceso de corto plazo”, defendió el embajador de España, Iñigo Palacio, representante de uno de los países más golpeados por la crisis, cuya banca fue rescatada por la UE y donde el desempleo supera el 26%.
Respecto del rol de Alemania, aseguró que la principal economía del bloque ha sido presentada de forma injusta, ya que la carga de los rescates se distribuye de forma equitativa.
El representante alemán, el ministro consejero Daniel Kriener, reconoció que algunas voces dentro del país plantearon que la pertenencia de Grecia, Portugal y otros países periféricos en la zona euro era prescindible, pero “hoy tenemos claro que eso no es una solución”.
Por su parte, el embajador de Francia, Marc Giacomini, argumentó a favor de la Unión, diciendo que Europa “es un continente muy pequeño para sumarse a juegos nacionalistas”, y que hay que ceder soberanía para lograr metas comunes.
La embajadora de Grecia, Aglaia Balta, reconoció que su país sigue sufriendo por la crisis, pero que sus autoridades “nunca pensaron en dejar la zona euro”. Para ella, la UE no es sólo una organización de la cual se pueden sacar ventajas económicas, sino una “organización política que promueve la democracia y una vida mejor”. La prioridad actual de Grecia, el primer país en recibir un rescate soberano, es clara: reducir un desempleo que se empina al 27%.
Relación con Latinoamérica
Dochao Moreno enfatizó que un 43% de la IED de la región proviene de la UE, cerca de 10 mil millones de euros, y que esta inversión es mayor a la que realizan los 27 en China, India y Rusia juntos.
El embajador español, en tanto, aseguró que su país vive “la paradoja de la globalización”, porque ya no puede crear más inversión, por eso han decidido volcarse a nuestra región. Y no sólo en términos de recursos, también humanos. Según cifras de la PDI, 1.243 españoles solicitaron permisos de trabajo en Chile en 2012.