Internacional

Una década de gobiernos kirchneristas ha dejado una huella sobre la economía de Argentina

Tras un primer quinquenio auspicioso, los últimos años han estado marcados por un menor crecimiento y una persistente inflación, con un pronóstico económico incierto.

Por: | Publicado: Lunes 6 de mayo de 2013 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Por Marco Fajardo



Cuando este mes se cumple una década de gobiernos kirchneristas en Argentina, el fuerte sello de estas administraciones ha dejado una profunda huella en la economía de la nación.

El fuerte ritmo de crecimiento de los primeros años tras el default, ha dado paso a una economía estancada, que en 2012 creció apenas 1,9%. La inflación, en tanto, habría superado el 25% por sexto año consecutivo, según cálculos de consultoras privadas. Maximiliano Castillo, director de ACM Consultores, señala a DF que Argentina está en “estanflación”.

Las malas noticias han hecho mella en la popularidad de la presidenta Cristina Fernández. Y el rechazo aumenta con los últimos escándalos de corrupción. Un sondeo de marzo-abril de Giacobbe & Asociados indica que su apoyo cayó a 32,6%.

Auge y caída


En 2003, Néstor Kirchner asumía el poder tras una grave recesión que duró cuatro años (1999-2002), un default por 
US$ 100.000 millones (2001), un traumático corralito bancario que derribó a su antecesor electo y una devaluación tras una década de cambio fijo, en que el dólar pasó de valer un peso a tres.

Sería una recuperación dolorosa: recién en 2008 el país superó en precios corrientes el PIB en dólares de 1998 (US$ 299.068 millones), con 
US$ 328.133 millones, según cifras del Fondo Monetario Internacional.

Durante su mandato, el crecimiento del PIB promedió un extraordinario 8,8%, en medio de un contexto internacional favorable por el auge de los commodities que impulsó una subida de las reservas desde 
US$ 10.000 millones hasta 
US$ 30.000 millones. Además, el desempleo cayó de 17% a 8%, según el FMI.

Pero las políticas estatales de desarrollo interno y apoyo a la industria local tuvieron un impacto de corto plazo, y en la segunda etapa de los gobiernos kirchneristas, que coincide con el inicio de la crisis financiera global, los avances se estancan o revierten. Ante la caída de los ingresos, el gobierno impulsó la estatización de las AFP (2008) y la reforma al Banco Central (2012), con el objetivo de acceder a más fondos. El gobierno intervino además el instituto de estadísticas INDEC (2008), para reducir pagos por bonos ligados a inflación por 
US$ 6.000 millones, según algunas estimaciones.

“El problema no es la intervención del Estado, sino una mala intervención con malos resultados”, razona Castillo, con “un cambio constante de las reglas, que permite un día exportar, un día no, un día importar, un día no”.

Falta de consensos


En su análisis “Balance general tras una década de política económica kirchnerista”, la consultora Federico Muñoz y Asociados (FM&A) señala que tras un crecimiento en el primer quinquenio superior a Sudamérica, la caída de Argentina por la crisis financiera global fue peor y desde 2011 la economía trasandina “se estancó mientras el resto de la región mantuvo un buen crecimiento”.

Del mismo modo sufrió con la inflación, que entre 2003 y 2006 promedió 9%, según cifras del FMI, y a partir de 2007 se disparó. Según cálculos privados, desde ese año a la fecha siempre superó el 20% anual (excepto en 2009, cuando fue de 15%). En 2012, Argentina tuvo el triste récord de integrar la lista de cinco países a nivel mundial cuyo IPC superó el 25%.

En reflejo de los desequilibrios, a partir de 2010 además el dólar informal empezó a desdoblarse del cambio oficial. En octubre de 2011 comenzaron los controles cambiarios, por los cuales el ente impositivo determina de forma discrecional cuántas divisas puede adquirir una persona o una empresa. Con un cambio oficial a 5,1 pesos por dólar, el viernes el dólar informal rompió la barrera de los 10 pesos, aunque cerró en 9,88. Y no hay un techo claro porque todo apunta a que el gobierno mantendrá su política económica actual, asegura Castillo.

Tampoco el balance energético es positivo. En su intento de apuntalar el poder adquisitivo interno, el gobierno congeló los precios del gas y el petróleo. El resultado:la producción de crudo ha caído de forma constante, mientras la de gas, tras llegar a máximos en 2006, muestra la tendencia, según FM&A.

El deterioro también se nota en el frente social. La reducción de la pobreza, una de las banderas del kirchnerismo, se ha estancado desde 2011, en torno al 20%, según la misma consultora.

Para Castillo, en última instancia, el problema central es la incapacidad de la sociedad argentina de generar consensos a largo plazo. “Por eso pasamos de un día para otro de convertibilidad a tipo de cambio flexible, de un sistema privado de pensiones a una estatización, de deflación a alta inflación, de empresas públicas privatizadas a reestatizadas, y todo eso en un lapso muy breve de para lo que es la historia del país”.

Imagen foto_00000001

Lo más leído