El primer ministro islandés, Geir Haarde, expresó hoy su
satisfacción por la concesión de un préstamo de US$ 2.100 millones a Islandia
por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI) que, en su opinión, permitirá
sentar una "base económica sana".
"Gracias al plan Islandia está ahora en una mejor
posición para sentar una base financiera y económica sana", declaró en un
comunicado.
El Gobierno islandés manifestó su confianza en que el
acuerdo con el FMI impulse la consecución de préstamos de "otras
fuentes", aunque no especificó cuáles.
El FMI anunció hoy la concesión de un préstamo por valor de US$
2.100 millones a Islandia y la puesta en marcha de un programa de
estabilización para su economía, la más afectada hasta ahora por la crisis
mundial.
La misión del FMI que ha estado negociando toda la semana
con las autoridades islandesas en Reikiavik debe someter el acuerdo a la
aprobación de la dirección del fondo en Washington, algo que el Gobierno
islandés espera que ocurra "lo más pronto posible".
El acuerdo, válido por dos años, permitirá a Islandia
acceder a US$ 830 millones "inmediatamente después" de que éste sea
aprobado.
El plan económico acordado con el FMI pretende restaurar la
confianza en la economía islandesa y estabilizar la corona islandesa a través
de un programa macroeconómico, además de la autonomía fiscal e implementar una
estrategia para restablecer un sistema bancario viable.
Una delegación noruega se encuentra desde ayer en Reikiavik
para estudiar una posible ayuda económica, mientras que el resto de países
nórdicos han insinuado que también estarían dispuestos a respaldar
económicamente a Islandia con medidas adicionales.
Los bancos centrales de Suecia, Noruega y Dinamarca ya
aprobaron en mayo pasado un crédito extraordinario por valor de US$2.300
millones a su homólogo islandés, el Sedlabanki, para fortalecer su moneda y
estabilizar su economía.
El Sedlabanki ha utilizado ese acuerdo para tomar prestados
400 millones de euros de los bancos nacionales danés y noruego.
La crisis económica que vive Islandia, con su moneda devaluada más de la mitad y la inflación disparada, obligó a las autoridades hace unas semanas a nacionalizar los tres principales bancos del país.