Miraolas, puro mar
Por: Equipo DF
Publicado: Jueves 21 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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Nació como una pescadería y marisquería. Tras varios años sus dueños dieron el paso e instalaron este restaurante-marisquería que posee la principal cualidad positiva que todo local marino debería tener: productos frescos, gracias a que mantienen todavía la crianza de peces, por lo que muchas veces lo que llega al plato salió recién de alguno de sus viveros.
Sus preparaciones tienen una impronta vasca, aunque existen otras tantas variaciones. Es una feliz herencia de los primeros cocineros, tan feliz que la propia colonia vasca encamina sus pasos por allí. Por eso, apuestas muy seguras son platos clásicos como la Merluza Donostiarra -y con explicación incluida sobre las distintas merluzas- así como un Congrio Zórtzico (a la mantequilla, con limón y perejil).
Y si de especialidades se trata, un verdadero foodie no dejaría pasar unas fresquísimas cocochas (kokotxas) de Merluza o de Congrio, esto es la parte inferior de la barbilla del pescado en cuestión que son apenas rehogadas en ajo, perejil y aceite de oliva, y que constituyen una prueba de fuego respecto de la frescura del producto.
El local de doble piso es íntimo y agradable, con una terraza disponible si el tiempo lo amerita. La atención es esmerada y con oficio. No es una picada, ni tampoco es una exageración. Nada más que la frescura del producto vale lo que vale.
Vitacura 4171 Tel. 206 0202
Sus preparaciones tienen una impronta vasca, aunque existen otras tantas variaciones. Es una feliz herencia de los primeros cocineros, tan feliz que la propia colonia vasca encamina sus pasos por allí. Por eso, apuestas muy seguras son platos clásicos como la Merluza Donostiarra -y con explicación incluida sobre las distintas merluzas- así como un Congrio Zórtzico (a la mantequilla, con limón y perejil).
Y si de especialidades se trata, un verdadero foodie no dejaría pasar unas fresquísimas cocochas (kokotxas) de Merluza o de Congrio, esto es la parte inferior de la barbilla del pescado en cuestión que son apenas rehogadas en ajo, perejil y aceite de oliva, y que constituyen una prueba de fuego respecto de la frescura del producto.
El local de doble piso es íntimo y agradable, con una terraza disponible si el tiempo lo amerita. La atención es esmerada y con oficio. No es una picada, ni tampoco es una exageración. Nada más que la frescura del producto vale lo que vale.
Vitacura 4171 Tel. 206 0202

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