“Necesitamos rediseñar nuestro sistema de subsidios que hoy es un poco desordenado”
Mauricio Rosenbluth valora las medidas del Ejecutivo, como el Ingreso Etico Familiar y el Ministerio de Desarrollo Social, aunque señala que deben complementarse con medidas más profundas.
Por: | Publicado: Jueves 17 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
Sebastián Valdenegro
Satisfecho está el director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Mauricio Rosenbluth, con la reducción de la pobreza en el país desde 1990. En este sentido, celebra las políticas sociales implementadas por el gobierno y las que vendrán, como el Ingreso Etico Familiar y la creación del Ministerio de Desarrollo Social, aunque afirma que éstas deben complementarse con mejoras en la calidad del empleo y la vivienda, entre otras.
- ¿Qué opina sobre el Ingreso Etico Familiar?
- El incremento de los salarios en los segmentos de más bajo ingreso es muy relevante, para lograrlo no basta un decreto que suba el salario mínimo porque muchas personas trabajan en la informalidad. Requerimos una política muy activa de refuerzo de las unidades económicas donde trabajan estas personas, como las micro y pequeñas empresas. Hoy día tenemos una política de subsidios a través de distintos ministerios que contradicen sus propios objetivos o los de otros sectores. Necesitamos modificar y ordenar esa política, rediseñar completamente nuestro sistema de subsidios que hoy es un tanto desordenado, tiene objetivos contrapuestos. El Ingreso Etico Familiar nos podría ayudar a generar ese orden.
- ¿Es suficiente la creación del Ministerio de Desarrollo Social?
- Lo valoramos positivamente. El proyecto augura mayor eficiencia y foco en algunas actividades. Se crean dos subsecretarías que ponen en un nivel importante el seguimiento y evaluación de la eficacia de las políticas y programas sociales. Se crea el comité interministerial de desarrollo social que busca articular una noción más de sistema. Valoramos este paso, pero se tiene que discutir más cuáles van a ser todas las funciones y atribuciones que tendrá este ministerio, ver las conexiones que va a tener con otros ministerios. El proyecto debe avanzar un poco más, no queda muy clara la articulación que va a tener con el resto del aparato público.
- ¿El gobierno se preocupa mucho de sacar a la gente de la pobreza, en vez de reducir las brechas de desigualdad?
- Superar la pobreza supone ir reduciendo brechas sociales importantes, no sólo a nivel de ingreso sino a través de educación, salud, trabajo, vivienda, donde tenemos brechas muy complejas. Creo que hay una voluntad a nivel discursivo de plantear el cierre de las brechas, que no basta con superarla por niveles de ingreso.
Nuevos desafíos
- A 17 años de la creación de la fundación, ¿qué conclusiones saca sobre la lucha contra la pobreza en Chile?
- En los últimos tiempos hemos evidenciado nuevos fenómenos que complejizan los programas y las políticas orientadas a esto.
- ¿Cuáles son esos fenómenos?
- La transitoriedad de la pobreza. Durante los ´90 se levantó la hipótesis de que existía un segmento más refractario de las políticas sociales y que requería apoyos específicos. No sólo bastaba con ofrecer mayores oportunidades. Esto ha dado cuenta de un segmento vulnerable de la población cercana al 30%, independiente de que la pobreza se vaya reduciendo. Eso plantea nuevos desafíos.
- ¿Como cuáles?
- Renovar la reflexión sobre los mejores instrumentos de captura de la pobreza, ¿es solamente el ingreso, lo tenemos que complementar con otros indicadores?
- ¿Qué opina del criterio para medir la pobreza?
- Hay muchísimas formas de medirla y todas arrojan datos diferentes. Si abordamos la pobreza desde una metodología relativa como los países de la OCDE, es otro el comportamiento de la pobreza y es más alta su incidencia en el país, inclusive la reducción es mucho más lenta porque está asociada a factores de distribución de ingreso, que en Chile son bien estructurales, que ha costado modificar.
- ¿Qué métodos recomienda?
- Ha estado en boga el método alternativo de medición multidimensional que aplica la OPHI de la Universidad de Oxford. Hoy ese 30% vulnerable da cuenta que hay otras dimensiones más allá del ingreso que estarían explicando la pobreza y que la metodología multidimensional podría ser interesante de aplicar en nuestro país.
- ¿Dónde está la deuda de la sociedad chilena?
- Introducir fuertes cambios en materia de equidad e integración social. Hay temas relevantes como la calidad de la vivienda, la habitabilidad, el barrio donde se vive. No basta sólo con entregar una vivienda para superar la precariedad habitacional, se requiere una política que permita la funcionalidad familiar, social y económica de las personas. Eso aún es una deuda. La política habitacional ha sido vista históricamente como de infraestructura.
- ¿Y la calidad del empleo?
- Tenemos diferenciales en la calidad del empleo que no sólo están asociados a los niveles de ingreso. Las personas en pobreza están experimentando un trabajo de muy mala calidad, muy precario que los lesiona en su capital humano, para ellos trabajar es una experiencia muy dolorosa vinculada a la humillación, bajos sueldos, inestabilidad.
Satisfecho está el director ejecutivo de la Fundación para la Superación de la Pobreza, Mauricio Rosenbluth, con la reducción de la pobreza en el país desde 1990. En este sentido, celebra las políticas sociales implementadas por el gobierno y las que vendrán, como el Ingreso Etico Familiar y la creación del Ministerio de Desarrollo Social, aunque afirma que éstas deben complementarse con mejoras en la calidad del empleo y la vivienda, entre otras.
- ¿Qué opina sobre el Ingreso Etico Familiar?
- El incremento de los salarios en los segmentos de más bajo ingreso es muy relevante, para lograrlo no basta un decreto que suba el salario mínimo porque muchas personas trabajan en la informalidad. Requerimos una política muy activa de refuerzo de las unidades económicas donde trabajan estas personas, como las micro y pequeñas empresas. Hoy día tenemos una política de subsidios a través de distintos ministerios que contradicen sus propios objetivos o los de otros sectores. Necesitamos modificar y ordenar esa política, rediseñar completamente nuestro sistema de subsidios que hoy es un tanto desordenado, tiene objetivos contrapuestos. El Ingreso Etico Familiar nos podría ayudar a generar ese orden.
- ¿Es suficiente la creación del Ministerio de Desarrollo Social?
- Lo valoramos positivamente. El proyecto augura mayor eficiencia y foco en algunas actividades. Se crean dos subsecretarías que ponen en un nivel importante el seguimiento y evaluación de la eficacia de las políticas y programas sociales. Se crea el comité interministerial de desarrollo social que busca articular una noción más de sistema. Valoramos este paso, pero se tiene que discutir más cuáles van a ser todas las funciones y atribuciones que tendrá este ministerio, ver las conexiones que va a tener con otros ministerios. El proyecto debe avanzar un poco más, no queda muy clara la articulación que va a tener con el resto del aparato público.
- ¿El gobierno se preocupa mucho de sacar a la gente de la pobreza, en vez de reducir las brechas de desigualdad?
- Superar la pobreza supone ir reduciendo brechas sociales importantes, no sólo a nivel de ingreso sino a través de educación, salud, trabajo, vivienda, donde tenemos brechas muy complejas. Creo que hay una voluntad a nivel discursivo de plantear el cierre de las brechas, que no basta con superarla por niveles de ingreso.
Nuevos desafíos
- A 17 años de la creación de la fundación, ¿qué conclusiones saca sobre la lucha contra la pobreza en Chile?
- En los últimos tiempos hemos evidenciado nuevos fenómenos que complejizan los programas y las políticas orientadas a esto.
- ¿Cuáles son esos fenómenos?
- La transitoriedad de la pobreza. Durante los ´90 se levantó la hipótesis de que existía un segmento más refractario de las políticas sociales y que requería apoyos específicos. No sólo bastaba con ofrecer mayores oportunidades. Esto ha dado cuenta de un segmento vulnerable de la población cercana al 30%, independiente de que la pobreza se vaya reduciendo. Eso plantea nuevos desafíos.
- ¿Como cuáles?
- Renovar la reflexión sobre los mejores instrumentos de captura de la pobreza, ¿es solamente el ingreso, lo tenemos que complementar con otros indicadores?
- ¿Qué opina del criterio para medir la pobreza?
- Hay muchísimas formas de medirla y todas arrojan datos diferentes. Si abordamos la pobreza desde una metodología relativa como los países de la OCDE, es otro el comportamiento de la pobreza y es más alta su incidencia en el país, inclusive la reducción es mucho más lenta porque está asociada a factores de distribución de ingreso, que en Chile son bien estructurales, que ha costado modificar.
- ¿Qué métodos recomienda?
- Ha estado en boga el método alternativo de medición multidimensional que aplica la OPHI de la Universidad de Oxford. Hoy ese 30% vulnerable da cuenta que hay otras dimensiones más allá del ingreso que estarían explicando la pobreza y que la metodología multidimensional podría ser interesante de aplicar en nuestro país.
- ¿Dónde está la deuda de la sociedad chilena?
- Introducir fuertes cambios en materia de equidad e integración social. Hay temas relevantes como la calidad de la vivienda, la habitabilidad, el barrio donde se vive. No basta sólo con entregar una vivienda para superar la precariedad habitacional, se requiere una política que permita la funcionalidad familiar, social y económica de las personas. Eso aún es una deuda. La política habitacional ha sido vista históricamente como de infraestructura.
- ¿Y la calidad del empleo?
- Tenemos diferenciales en la calidad del empleo que no sólo están asociados a los niveles de ingreso. Las personas en pobreza están experimentando un trabajo de muy mala calidad, muy precario que los lesiona en su capital humano, para ellos trabajar es una experiencia muy dolorosa vinculada a la humillación, bajos sueldos, inestabilidad.