La salida del ministro

Los programas de recompras de acciones están de regreso en la noticia, por la sencilla razón de que hay varios de ellos. Las recompras en EEUU este año ya superaron la marca registrada todo el año pasado, como demuestra este gráfico de AB Bernstein:

Obviamente, la repatriación de capital desde filiales en el extranjero tras la reforma tributaria del año pasado tiene mucho que ver con esto. Pero el patrón del fuerte incremento registrado este año también se replica en el resto del mundo, donde presumiblemente no ha influido el tema de los flujos de repatriación.

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Es posible que esté exagerando el significado de lo que está ocurriendo. Como dejó claro Cliff Asness en su editorial para AQR, es esperable que las recompras aumenten con el tiempo, a medida que crece también la capitalización de mercado. Por eso hay que enfocarse principalmente en las recompras netas, incluyendo las nuevas emisiones de acciones. Estas son las recompras netas como proporción de la capitalización de Mercado total, hasta fines del año pasado:

Hasta ese año, entonces, las recompras no eran tan agresivas o extendidas como uno podría pensar. Pero aun así esto plantea dos preguntas: primero, ¿son las recompras algo bueno (para la economía, para el mundo, para ti y para mi)? Y segundo, ¿son las compañías que recompran sus acciones una buena adquisición?

La respuesta más popular a la primera pregunta es que son algo muy malo. En vez de invertir el efectivo que generaron, las compañías se embarcan en una ingeniería financiera que solo enriquece a los que ya son ricos. Recomprar acciones también significa una mayor retirada de los mercados públicos, a medida que las empresas buscan la protección y discreción de los mercados privados, como está haciendo ahora precisamente el fundador de Tesla, MuskElon.

Las recompras de acciones ciertamente sugieren que una compañía no puede pensar en nada mejor que hacer con el dinero. Eso no es bueno. Pero como destaca Cliff en su ataque contra el Síndrome de Locura de Recompras, esto bien podría significar que el dinero esté mejor invertido. La gente cuyas acciones son recompradas tienen que hacer algo con el dinero. Suponiendo que no lo guardan bajo el colchón ni lo pierden todo en el casino, no está claro que las recompra sean malas para la economía.

¿Ahora, es bueno invertir en acciones de empresas que son grandes recompradores de sus propios títulos? Tal como lo demostró Andrew Lapthorne de SocGen el año pasado, la correlación con la calidad de una acción (un sólido balance y ese tipo de cosas), es negativa y ha sido negativa por la mayor parte del tiempo desde un breve período inmediatamente posterior a la crisis. Eso era cuando solo las compañías de mayor calidad podían pagar algo de efectivo a los accionistas:

En un nivel más crudo, las acciones que hacen Fuertes recompras son aquellas que están comenzando a mostrar un desempeño inferior a la media del mercado