Primera huelga general de sindicatos en una década paralizó a Buenos Aires

Protesta que se sintió especialmente en las principales ciudades de Argentina afectó vuelos, trenes y la actividad portuaria. “A mí no me corre nadie”, desafió la presidenta Fernández.

Por: | Publicado: Miércoles 21 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

El sindicalismo opositor en Argentina vivió ayer como un éxito la primera huelga unificada durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, a quien reclamaron que “escuche el silencio de las calles”. En ese sentido, los gremialistas alertaron que la medida de fuerza se profundizará en las próximas semanas si los reclamos efectuados no obtienen respuesta favorable por parte de las autoridades nacionales.

Entre otras demandas, los huelguistas exigieron aumentar el salario mínimo y las jubilaciones, en medio de una escalada inflacionaria.

La Confederación General del Trabajo (CGT) de Hugo Moyano -la principal central obrera del país-, la Central de Trabajadores Argentina (CTA) de Pablo Micheli, la Federación Agraria (FAA) y organizaciones sociales lograron inmovilizar la ciudad de Buenos Aires, que pareció ayer transitar un día feriado o de fin de semana, más que una jornada laboral.

Buena parte de esa efectividad estuvo dada por la falta de transporte público: el gremio de los señalizadores de ferrocarriles adhirió a la protesta, por lo que quedaron inactivos todos los ramales de trenes metropolitanos.

También contribuyeron los piquetes que se montaron desde las primeras horas de la mañana y hasta pasado el mediodía en varios accesos a Buenos Aires. Además, las líneas de autobuses tuvieron cronogramas de fines de semana, sobre todo después de una serie de incidentes en cabeceras de líneas que unen distintos puntos del conurbano con el centro porteño.

La huelga y los piquetes frenaron la actividad en los puertos, el abastecimiento de combustibles, la recolección de residuos y la reposición de fondos en los cajeros automáticos de las entidades financieras, que no atendieron al público por la adhesión del gremio de los empleados bancarios. Como resultado de ello, apenas se registraron operaciones en el mercado cambiario y bursátil. En el interior del país, el acatamiento a la medida fue dispar y se sintió con más fuerza en las principales ciudades.



“Jornada histórica”


El líder de la CGT opositora la calificó como “una jornada histórica” y apuntó contra los funcionarios de la Casa Rosada que criticaron la medida y “amenazaron” con denuncias.

Moyano reclamó nuevamente por los “salarios de hambre” de los jubilados y por el trabajo precarizado. “Este gobierno no es ni nacional ni popular”, expresó y amenazó con “profundizar el camino de la lucha”.

“El silencio en las calles es la voz que el gobierno debe escuchar. El gobierno debe dar respuesta a los trabajadores no a los dirigentes”, agregó.



Rechazo presidencial


La presidenta Fernández se refirió en muy duros términos a la jornada de protesta. En uno de los momentos más fuertes de un discurso en un acto en San Pedro -por el Día de la Soberanía-, la mandataria advirtió: “A mí no me corre nadie, y mucho menos con amenazas, patoteadas y matones”.

Más temprano, la presidenta se mantuvo activa en Facebook en medio de la protesta. “Quiero convocar a mis compañeros los trabajadores, a un gran ejercicio de responsabilidad en la defensa, no del gobierno, para nada, sino del proyecto político que ha generado más de 5 millones y medio de puestos de trabajo y donde la construcción ha tenido un rol fundamental”, posteó la mandataria.

En el contexto de escasa operatoria bursátil, el Merval finalizó con un alza marginal de 0,01%.

Lo más leído