Primeros condenados por caso “mensalão” van a la cárcel

La decisión judicial es considerada un hito en la historia política de Brasil.

Por: | Publicado: Miércoles 20 de noviembre de 2013 a las 05:00 hrs.
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A mediados de noviembre José Dirceu de Oliveira e Silva (conocido localmente como Dirceu) -quien se desempeñó como jefe del equipo del ex presidente, Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010)- y otros diez sentenciados por corrupción el año pasado por su participación en el escándalo de la compra de votos “mensalão”, que surgió durante el gobierno de Lula (2005-2006), fueron finalmente encarcelados. Se trata de un hito en la historia política y jurídica del Brasil, debido a que históricamente los miembros de la clase política han tendido a evitar los juicios.

Durante el juicio del mensalão en 2012 el Supremo Tribunal Federal (STF, la Corte Suprema) confirmó las acusaciones de compra de votos en el Congreso y el financiamiento ilegal de la campaña durante el primer gobierno de Lula; el mismo Lula nunca ha sido implicado formalmente.

Veinticinco personas fueron declaradas culpables de diversos delitos y se recibieron penas de prisión. Algunos apelaron la decisión, y algunos de estos procedimientos aún siguen su curso, pero el presidente del STF, Joaquim Barbosa, decidió emitir órdenes de arresto para 12 de los 25 acusados por delitos que no califican para apelaciones después del 15 de noviembre.



Sólo una noche en prisión


Varias ex figuras claves del gobernante Partido dos Trabalhadores (PT), que fueron condenados a varios años de prisión, se entregaron a la policía federal y fueron transportados a las cárceles de Brasilia. Siete de ellos tienen que cumplir su condena en una prisión cerrada, mientras que los otros cinco, incluyendo Dirceu, califican para un régimen “semi-abierto”, donde sólo pasan la noche en la cárcel y son libres de “trabajar o estudiar” durante el día, aunque con algunas restricciones en sus movimientos.

Además de Dirceu -quien fue el principal aliado de Lula y un posible candidato presidencial que el escándalo no descartó-, José Genoino, presidente del PT en esa época, y Delúbio Soares, tesorero del PT en ese momento,manifestaron su inocencia y afirmaron que eran presos políticos. Algunos levantaron sus puños en señal de desafío frente a un grupo de militantes del partido y los fotógrafos de prensa.

Otros condenados incluyeron a políticos aliados, banqueros -como Kátia Rabello-, un ex presidente del Banco Rural (cuya liquidación fue ordenada recientemente por el Banco Central do Brasil), y profesionales de marketing, que orquestaron el fraude. El principal operador del escándalo mensalão, Marco Valério Fernandes de Souza, fue condenado a más de 40 años de prisión.



Huída a Italia


En un acto vergonzoso para las autoridades, ha surgido que Henrique Pizzolato, ex director del estatal Banco do Brasil, quien recibió una sentencia de prisión de doce años, huyó del país por varias semanas a Italia (tiene doble nacionalidad), aparentemente a través de la frontera con Paraguay.

Esto ocurrió a pesar del hecho de que la STF ha exigido el embargo de los pasaportes de todos los condenados mensaleiros. Se publicó una orden de arresto a través de la Interpol, pero su extradición bien puede encontrar trabas tras la reciente negativa de Brasil de extraditar a Cesare Battisti, buscado en Italia por cargos de terrorismo. 
A pesar del escape de Pizzolato, la decisión para mandar al principal culpable del mensalão a prisión es un hito para la historia política de Brasil, donde los políticos corruptos han podido evitar la persecución gracias a la complejidad de los procesos legales. La corrupción del gobierno y la sensación generalizada de impunidad estaban entre los factores detrás de las masivas protestas de mediados de año.



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