Luego que hace unos días se conociera el caso de Pablo Larenas, a quien le cursaron una multa por tomar una fotografía en el Metro de Santiago, resulta extraño que en todos los países del mundo existan leyes absurdas que, por los cambios que ha sufrido la sociedad, ya no deberían existir, pero que en muchos casos siguen estando vigentes.
Sin embargo, resultan más sorprendentes aquellos países que en pleno siglo XXI han decidido crear normativas anacrónicas, y difícilmente comprensibles, como las que prohíben peinarse de una manera específica, viajar en el tiempo o la que castiga si despiertas a un oso para sacarle una foto.
La primera, centrada en la moda capilar, fue creada en la República Islámica de Irán en 2010. La ley, nacida con evidentes tintes políticos para tratar de oponerse a la cultura extranjera y mantener la tradición del país, prohíbe "los peinados occidentales decadentes". Entre los cortes penados están las crestas de colores, los pelos de punta, las colas o los estilos tipo punk, una definición, esta última, bastante vaga y amplia. Según apunta el texto legal, el que ignore esta norma recibirá una multa en las dos primeras ocasiones en las que sea expedientado. A la tercera, la pena podría llegar a ser la cárcel.
La sorprendente ilegalidad de viajar en el tiempo tiene su origen en China y la fecha de creación de la misma es el año 2011. Hace apenas cuatro años, el gigante asiático decidió crear esta excéntrica norma que prohibía específicamente los viajes en el tiempo y toda propaganda que haga alusión a los mismos. El razonamiento de la ley era cuanto menos singular: realizar este tipo de viajes temporales iría "en contra del patrimonio chino".
Reencarnación
Una norma del ejecutivo chino también afectó a las creencias budistas. La Administración de Asuntos Religiosos prohibió por ley la reencarnación sin previo permiso de las autoridades. De esta manera, los gobernantes pretendían evitar legalmente el regreso a esta vida del Dalai Lama.
Pero no sólo Irán y China han creado leyes sorprendentes en estos últimos años. Nueva Zelanda, con el objetivo de acabar con los nombres extravagantes, publicó en 2014 un listado de nombres no permitidos en su territorio. Según el texto emitido por el registro de Wellington, los padres de los recién nacidos neozelandeses no podrán llamar a sus vástagos Lucifer, Justicia, Rey, Cristo, Mesías, Duque, Majestad, Caballero, Emperador, Honorable o Ministro, entre otros muchos.
Sorprendentemente, el listado también incluía ciertos nombres que todavía están admitidos, pero que se encuentran en estudio, como Violencia o Google, aunque en este último caso cabe la posibilidad de que el gigante de la red inicie una querella contra los padres por uso de marca registrada.
En Europa, quizá el país que destaca en prohibiciones absurdas es Reino Unido. Entre la multitud de sorprendentes normas, hay que resaltar una que atenta directamente contra la sensibilidad y las muestras de cariño. Esta ley, creada en el condado de Cheshire en el año 1910 y que sigue aplicándose en la estación Warrington Bank Quay, prohíbe los besos de despedida en sus andenes. El objetivo de esta restricción es clara: acabar con las complicaciones económicas que generan las demoras de los trenes por las largas despedidas de los viajeros y sus familiares. Sin ninguna duda, la estación de Cheshire es ahora el lugar más puntual del mundo.
En Dinamarca no es ilegal tratar de escapar de la cárcel, lo que seguramente anime a los internos a eludir su condena. Sin embargo, si el fugado es atrapado por las autoridades, éste deberá cumplir el resto de su condena de manera íntegra. En Alemania, en tanto, está prohibido llevar máscaras por la calle. Por último, en Grecia la policía puede revocar legalmente un permiso de conducir si el conductor muestra ser una persona poco aseada o va mal vestida.
En Nueva Escocia, en tanto, está prohibido regar el césped si está lloviendo.
Aspiradores y vecinos
En Estados Unidos, la lista de leyes excéntricas es tan larga que es difícil hacer una selección. Entre las más sorprendentes está la norma del Estado de Alaska que precisa que, aunque es legal disparar a un oso, está prohibido despertarlo para sacarle una foto.
En Luisiana, también existe un apartado llamativo en cuanto a las agresiones que establece que morder a alguien con sus propios dientes será castigado como asalto menor. Sin embargo, si este mismo tipo de ataque se realiza con una dentadura postiza, las autoridades policiales deberían sancionarlo como un asalto grave.
Uno de los estados más interesantes en cuanto a las prohibiciones raras es el de Illinois. Allí es posible arrestar a una persona alegando vagancia si la persona no lleva encima, al menos, un dólar. Una ley de la ciudad de Chicago prohíbe terminantemente comer en un lugar que esté ardiendo, y en la ciudad de Winneka está prohibido quitarse los zapatos dentro de un teatro si la persona tiene problemas de olor en los pies.
Otras normas sorprendentes
- No a las abejas: Entre las leyes más llamativas del Estado de Illinois está una normativa de Kirkland, que prohíbe a las abejas volar sobre este pueblo o por cualquiera de sus calles.
- Buenos vecinos: En Suiza existe una restricción en los edificios de apartamentos que impide tirar de la cadena del inodoro una vez hayan pasado las diez de la noche, puesto que el ruido puede resultar molesto para el resto de vecinos.
- Con la ropa puesta: En Kenia, un extranjero puede ir a la cárcel si se quita toda la ropa. Aunque puede parecer una norma sensata, la ley sólo es aplicable para la población foránea, puesto que esta misma situación es legal para los keniatas.
- Llamada preventiva: El Estado de Washington exige a los conductores que tengan intenciones criminales y que vayan a visitar esta región a pararse en los límites de sus ciudades para comunicar, vía telefónica, sus intenciones a las autoridades.