En un año electoral, donde las encuestas muestran cada semana las variaciones en las preferencias de los chilenos, quienes se dedican a ellas tienen la presión de enfrentar un escenario marcado por la desconfianza y las dudas sobre su precisión.
En conversación con DF, la directora de Estudios Públicos de Ipsos, Alejandra Ojeda, subrayó que la rigurosidad metodológica y el uso ético de los datos son hoy más necesarios que nunca para fortalecer la confianza ciudadana.
“Tenemos que hacer esfuerzos importantes para demostrarle a las personas en Chile que las instituciones públicas y privadas queremos operar desde lo legal y desde un marco ético. Que tenemos políticas anticorrupción, además en la medida que la ciudadanía ve retribución se genera más confianza, más credibilidad”.
Ojeda destacó también los avances en inclusión y la creciente presencia de mujeres en cargos de liderazgo, y los desafíos y oportunidades que traen las nuevas tecnologías a la industria.
- ¿Cuáles han sido los principales cambios que se han vivido en la industria de la investigación y las encuestas en los últimos años?
- Todo ha cambiado drásticamente: la forma de juntarnos, relacionarnos y la forma de trabajar. También apareció la inteligencia artificial que nos aceleró y nos está transformando como industria. Además, se empezó a poner foco en los temas éticos sobre lo que se podía o no investigar. Por otro lado, aparecieron los temas de inclusión con una fuerte presencia de las mujeres, que siempre estuvieron en la empresa de investigación de mercado, pero en otras áreas. Ahora se ve una irrupción muy grande, en la última década, de mujeres tomando posiciones de liderazgo en investigación de mercado en la industria.
- Existe una percepción de que las encuestadoras ya no son tan precisas. ¿Qué tan justa o injusta es esa crítica?
- La industria es diversa, sin embargo, creo que la mayoría de las empresas en Chile estamos comprometidas con la rigurosidad de la información y con el uso ético de ésta. Tanto en el levantamiento como en la difusión. Por otra parte, el Estado ha generado un marco legal que nos regula en esa materia y creo que la mayoría de las empresas operamos dentro de él. Sin embargo, en períodos electorales nos superpoblamos de encuestas y no todas tienen la misma calidad. Desde esa perspectiva, efectivamente tenemos datos de distinta calidad circulando.
Desconfianza en instituciones
- En un escenario donde las instituciones, empresas e incluso los medios sufren de desconfianza, ¿cómo impacta eso en el trabajo de las encuestadoras?
- Cada día es más difícil, nos cuesta más levantar encuestas, eso es un hecho. Las tasas de respuesta de los sondeos telefónicos están en su nivel más bajo, ha costado crecer en las encuestas online, pese al alto porcentaje de conectividad que tenemos dentro del país. En las encuestas presenciales cuesta cada día más que te abran la puerta.
- ¿Qué desafíos ve hacia adelante para lograr que las encuestas sigan siendo una herramienta relevante y confiable en un entorno tan cambiante y con tanta información?
- Lo que necesitamos es la capacidad de representar el momento en un entorno tan cambiante. Tener la agilidad para poder levantar rápidamente datos, procesarlos y convertirlos en información relevante para nuestros clientes y para la discusión pública. También avanzar en la combinación de técnicas, lo que va de la mano de la agilidad. Además, tenemos un desafío muy importante respecto al avance de la presencia de las mujeres en la industria tomando decisiones, es importante fortalecer y no retroceder en estas materias.
Comprensión de la sociedad
- Además de las encuestas políticas, ¿qué otras temáticas despiertan el interés de la gente?
- Estamos en un momento en que está todo el foco puesto en la campaña electoral y se va a volver más intenso en los días que vienen a continuación. Pero todo lo que represente y hable de las personas y que permita entender mejor cómo pensamos, cómo vivimos y lo que queremos, se vuelve relevante. Sea educación, inteligencia artificial y los miedos que nos da a veces o emprendimiento. En Ipsos sacamos una gran variedad de estudios, algunos son políticos, otros no, pero finalmente todos son de comprensión de la sociedad.
- Para llegar a un puesto de liderazgo en este rubro, ¿qué obstáculos encontró?
- En un inicio éramos pocas y en general las mujeres estaban muy relacionadas con los puestos de producción de la información. Existía la sensación de que eran muy confiables en análisis de datos, pero las caras frente a clientes eran masculinas, al igual que los cargos decisionales o gerenciales. Con los años son espacios que se han ido abriendo, son cada vez más las mujeres que están tomando decisiones, comunicando información a clientes y en el espacio público.
Aunque todavía yo diría que hay algunas barreras que nos quedan, como la presencia de mujeres en directorios o en los cargos que son realmente decisionales. Segundo, las mujeres que estamos haciendo opinión pública, somos menos. Si miramos quiénes están hablando del tema electoral en los medios, somos muy pocas las que estamos hablando de opinión pública. Hay muchos hombres comentando al respecto. ¿Y por qué es importante? Porque las mujeres también aportamos distintas formas de observar.