Universidad Alberto Hurtado

Mercado laboral se deteriora pese a mejores niveles de actividad

“La creación de nuevos puestos de trabajo ha mostrado una tendencia decreciente, siendo la tasa de creación de empleo de los meses corridos de 2018 la más baja de los años post crisis financiera”, plantean Mauricio Tejada y Marcela Perticara, académicos de la U. Alberto Hurtado.

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En un contexto de relativa incertidumbre, con el precio del cobre a la baja y con un pronóstico comercial internacional incierto luego de que se desatara la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la economía chilena ha mostrado un ritmo de crecimiento sostenido sobre el 4% en 12 meses e, incluso, el último Imacec apuntó a una tasa de crecimiento en 12 meses de 4,9%.
Un escenario que genera fuertes expectativas de recuperar los niveles de desempleo observados antes de 2015, con tasas que oscilaban en alrededor del 6%.
Sin embargo, el mercado laboral continúa eludiendo las buenas noticias de la economía, y la tasa de desempleo mantiene su tendencia ascendente, ubicándose en 6,9% en la última medición para el año 2018. No es un deterioro en los últimos meses, sino una tendencia a mayores niveles de
desempleo (y mayor varianza durante el ciclo anual) que se gestiona hacia fines de 2015 (gráfico N°1).
Cuando se analiza la dinámica de salida y entrada al desempleo (gráfico N°2), es más evidente aún: la creación de nuevos puestos de trabajo ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años, siendo la tasa de creación de empleo de los meses corridos de 2018 la más baja, en promedio, de los años post crisis financiera.
La destrucción de puestos de trabajo muestra un comportamiento similar, aunque sus menores niveles promedio no compensan la menor creación de empleo, lo que explica la tendencia ascendente en la tasa de desempleo.

Análisis en detalle
Mirando el comportamiento del mercado laboral en una ventana de 24 meses, se identifican cuatro grupos que han visto desmejorar su situación fuertemente en los últimos 12 meses.
1. Mujeres: su tasa de participación ha crecido sostenidamente en el último año, lo que ante aumentos moderados en los niveles de empleo, ha puesto presión sobre su tasa de desempleo. Mientras que esta tasa permanece casi constante en los últimos meses para los hombres, en las mujeres se empina a 8% a mayo de este año.
Aunque parte de estos mayores valores es estacional, hay una tendencia al alza (gráfico N°3): en los últimos 24 meses la cantidad de desempleadas aumenta en un 16%, mientras que la cantidad de desempleados apenas si registra cambios.
2. Trabajadores de 25-34 años: un grupo que tenía tasas de desempleo del 7%-8% (según el período estacional) hasta principios de 2015, y que ahora bordean el 10%. Desagregado entre hombres y mujeres, esta tasa está fundamentalmente liderada por mujeres, un segmento donde la tasa de participación crece de manera importante, mientras que la creación de empleo (5% en 24 meses) es insuficiente para absorber la nueva fuerza laboral, y el stock de desempleadas jóvenes aumenta en 32%.
3. Trabajadores de 45-54 años: en este grupo, los hombres son quienes han visto más deteriorada su situación, con aumentos notables en los niveles de desempleo y, notoriamente, con mayores niveles de inactividad.
El stock de desempleados hombres en este tramo aumenta en 15%, mientras que los inactivos lo hacen en 22%. Por esto no se ve un gran salto en la tasa de desempleo.
4. Grupo de mayor calificación: tiene niveles de desempleo del 7% (un par de años atrás estaban en torno al 5%), siendo las mujeres las que enfrentan el mayor aumento de desempleo, creciendo en 68% en 24 meses el stock de mujeres desempleadas de este segmento, con poca variación en la tasa de actividad.
En los hombres altamente educados, la tasa de actividad cae de 89% a 87%, posiblemente reflejando desaliento en presencia de bajas tasas de creación de empleo para estos trabajadores.
En términos de composición, continúa en alza el empleo por cuenta propia y el empleo asalariado en el sector público, que aumentan en 9% y 13%, respectivamente, los últimos 24 meses. Un patrón que se observa para todos los trabajadores en general, independientemente de su edad, pero que en los menores de 45 años se da con una caída sostenida en el empleo asalariado privado. Para los mayores de 45 años, si bien el empleo público y el empleo por cuenta propia suben fuertemente, el empleo privado no cae.
Analizado por nivel educativo se observa que el grupo de trabajadores sin calificación (sin Enseñanza Media) es el que ha perdido más terreno en los últimos dos años. Para este segmento, los niveles de empleo privado han caído 10%, el empleo por cuenta propia no ha subido y el empleo público, en tanto, creció 3%. Acá, nuevamente las mujeres sufren un fuerte shock, con una caída en el empleo total de 8% (versus 5% en los hombres) y un aumento de 26% en la cantidad de mujeres sin calificación desocupadas.
En definitiva, más allá de la recuperación de los niveles de actividad, aún está por verse qué pasa en el mercado laboral.
Hasta ahora, no son alentadoras las tendencias observadas en la composición del empleo: la débil demanda privada es parcialmente compensada por un aumento en los niveles de empleo público y por alzas en el trabajo independiente, fenómeno particularmente agudo para las personas de baja calificación y para las mujeres; en los trabajadores de mayor calificación, el empleo crece pero no alcanza a compensar el aumento en la tasa de participación, por lo que las tasas de desempleo para este grupo están ahora en niveles antes no vistos.
Habrá que esperar lo que resta del año, para evaluar la consolidación o quiebre de estas tendencias.

Mauricio Tejada, Ph.D. en Economía de Georgetown University (EE.UU.), y Marcela Perticara, Ph.D. en Economía de University of Texas A&M (EE.UU.), ambos académicos de la Facultad de Economía y Negocios de la U. Alberto Hurtado.

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