Colapso de Bear Stearns agrava los temores del mercado y obliga a la Fed a salir al rescate

La Fed respaldará la operación con US$ 30.000 millones, en un intento de recuperar la confianza del sector financiero. Pero la medida parece lejos de funcionar.

Por: | Publicado: Martes 18 de marzo de 2008 a las 00:10 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Bear Stearns, el otrora poderoso corredor de inversiones fundado en 1923, finalmente sucumbió a la ola de rumores sobre sus problemas de liquidez. El domingo por la noche, tras una semana de intensas negociaciones, el director ejecutivo de JPMorgan Chase, Jamie Dimon, anunció su compra por apenas US$ 236 millones.

El anuncio sacudió ayer a los mercados, más que por la noticia, por el monto de la operación, que siembra la duda sobre el valor de las acciones de otros bancos de inversión.

La Reserva Federal participó de la operación, garantizando US$ 30.000 millones para respaldar los depreciados activos de Bear Stearns.

JPMorgan aceptó pagar US$ 236 millones o US$ 2 por acción, un precio muy inferior a los US$ 60 que cotizaban los títulos de Bear el jueves o los US$ 170 que valían hace un año.

Dimon reconoció que lo costos de la adquisición podrían ascender a US$ 6.000 millones, pero la integración de sus operaciones con la poderosa unidad de corretaje de inversiones de Bear Stearns le podría reportar a JPMorgan un aumento anual de US$ 1.000 millones en sus ganancias.

Hasta la semana pasada, Bear Stearns era el quinto banco de inversión más poderoso de Wall Street, con un récord excepcional de ganancias. Capaz de sortear la quiebra de dos de sus hedge funds el año pasado, finalmente sucumbió víctima de la desconfianza y los rumores que inundaron el mercado.



El golpe de gracia

El 7 de marzo, Carlyle Capital Corporation (CCC), un hedge fund de US$ 22.000 millones, reconoció que estaba al borde del colapso debido a su fuerte exposición a activos vinculados a hipotecas. Bear Stearns era dueño del 15% de CCC. Desde entonces, en el mercado aumentó la preocupación por el banco, que en 2007 ya reportó pérdidas récord por US$ 2.600 millones en sus balances.

La semana del 10 de marzo se inició una ola de rumores sobre la dificultad de Bear Stearns de asegurar su acceso a nuevo capital. Su director ejecutivo, Alan Schwartz, salió reiteradas veces a desmentir las versiones. Pero tres días después, las acciones del banco se desplomaron un 47%. Fue imposible controlar el temor de los mercados, y los inversionistas y acreedores retiraron US$ 17.000 millones en apenas dos días.

“Este no es un problema de liquidez, es un problema de confianza”, explicó a Financial Times el analista de Sanford Berstein, Brad Hintz.

Los rumores, aseguró Schwartz el viernes, “deterioraron significativamente la liquidez” del banco. Ese día, Bear Stearns anunció el plan de salvataje de la Fed, que le abrió por primera vez sus arcas a un banco de inversión, a través de la mediación de JPMorgan. Para entonces, los rumores de la compra ganaban terreno.

“Bear Stearns fue vencido por una ola de rumores. Si una firma razonablemente sólida puede ser quebrada por algo así, entonces ningún banco está seguro”, aseguraron ayer los analistas de Fox-Pitt Kelton.



Operación sin riesgo

La forma en qué se concretó y el rol de la Fed en la operación es lo que realmente sorprendió a los mercados el lunes por la mañana, agravando la crisis de confianza en el sector financiero estadounidense y golpeando a las acciones de los principales bancos.

Si bien inicialmente se pensó que JPMorgan se exponía demasiado a los riesgosos activos de Bear Stearns, lo cierto es que la operación es de riesgo mínimo para el banco. JPMorgan no sólo contará con una fortaleza que no tenía en el corretaje de inversiones de primera línea, sino que sumará a su negocio un portafolio hipotecario valorador en
US$ 33.000 millones. Todo esto con el respaldo de la Fed, que se comprometió a aprobar la operación en menos de tres meses.

Lo más leído