Las distancias que explican el voto en blanco de Natividad Llanquileo en la votación de Elisa Loncon para la presidencia

Rocío Montes

En los primeros minutos de la convención el domingo, cuando el órgano votaba para elegir la presidencia, a la inmensa parte de la ciudadanía que no maneja la interna mapuche le sorprendió que una de sus siete constituyentes del pueblo originario, Natividad Llanquileo, no le diera el voto ni en primera ni en segunda vuelta a Elisa Loncon, la académica que finalmente resultó electa la líder del órgano. El episodio, sin embargo, dejó en evidencia que los mapuche son un pueblo y, en ese cuadro, tiene corrientes diversas, según explican en el entorno indígena.

Primero, Loncon alcanzó 58 votos en la primera vuelta (con el seis de los siete votos mapuche y el apoyo de los socialistas y el Frente Amplio), pero Llanquileo votó por Isabel Godoy (colla), la candidata levantada por el Partido Comunista, la Lista del Pueblo y todos las otros originarios, salvo los Rapa Nui y Lickanantay. Pero en segunda vuelta, cuando el mismo PC y la Lista del Pueblo se sumaron a Loncon y le dieron la mayoría con 98 sufragios, nuevamente Llanquileo –abogada de 36 años, elegida por las regiones VIII, IX y XVI– decidió no votar por Loncon y sufragar en blanco.

Lo explicó a través de redes sociales:

“Estamos cansados de hacer política a puertas cerradas, compromisos con los partidos que nos han gobernado durante estos 30 años y que nos han traicionado, además. Como pueblos originarios, como pueblo mapuche, los partidos de la Concertación nos allanaron, nos reprimieron, nos militarizaron, nos encarcelaron, nos robaron nuestros territorios y no legislaron a nuestro favor. Entonces, no podemos esperar que ahora se comporten de una forma distinta”, aseguró en un video la convencional Llanquileo.

La posición respecto de los gobiernos de la ex Concertación ha sido un asunto que ha marcado las distancias al interior de los convencionales de los pueblos originarios, como sucede en todos los ámbitos de la oposición. Existen sectores que observan que Loncon tiene una cercanía histórica a la centroizquierda y, sobre todo, a los gobiernos de Michelle Bachelet (en estos mismos sectores no se olvida que fue en su primer mandato, en 2008, cuando se produjo la muerte de Matías Catrileo). Aunque nunca ha militado en algún partido político, a Loncon la vinculan con este sector político por su hermano, Lautaro Loncon –secretario indígena del PPD, cercano a la nueva presidenta–, y porque respaldó al DC Francisco Huenchumilla luego de su salida de la intendencia en agosto de 2015, entre otros asuntos. La presidenta de la convención proviene del tronco del Consejo de todas las Tierras de los años noventa, una organización alternativa a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), que se fundó a fines de esta década liderada por Héctor Llaitul.

Mientras, la abogada Natividad Llanquileo creció en la comunidad Esteban Yevilao de Tirúa y Ramón Llanquileo, su hermano, ha sido uno de los líderes de la coordinadora. En 2010, a los 26 años, fue vocera de la huelga de hambre de comuneros mapuches detenidos, entre los que se hallaban dos de sus hermanos (Ramón y Víctor Llanquileo, el mayor de los siete Llanquileo Pilquimán). Actualmente, Víctor cumple prisión por una condena de 21 años, según una publicación de marzo de un colectivo de comunicación mapuche.

Su candidatura a la convención era de las de mayor relevancia política, porque mostraba que, de alguna forma, parte del mundo cercano a la CAM y “al movimiento mapuche activo”, como se señala en su entorno, daba un paso hacia la institucionalidad para empujar sus reivindicaciones desde dentro. La misma Natividad Llanquileo contó en junio que “participar del proceso constituyente no fue una decisión fácil”, según relató en la publicación Le monde diplomatique. “Sin embargo, se tomó una decisión colectiva con personas de diversos territorios, abriéndose diversos espacios de encuentros, desde donde se consideró relevante participar para incidir en la toma de decisiones de la convención constituyente y así salimos con la convicción de que sí se podía”. Su historia está contada en un libro titulado “Nace una voz”, de Paula Correa.

Es parte del contexto que explica la distancia política entre Llanquileo (que sacó la segunda mayoría en territorio mapuche para la elección de convencionales, tras Adolfo Millabur) y Loncon (que tuvo su fuerte de votos en Santiago), que se tradujo el domingo en el voto en blanco.

Fue una votación que estuvo precedida de al menos cinco reuniones de los convencionales mapuche en Temuco, la última el 22 de junio, cuando los seis convencionales habrían llegado hasta el domicilio de la machi Francisca Linconao para terminar de decidir la candidatura a la presidencia de la constituyente. La discusión era a contrarreloj: los mapuche sabían que el PC estaba levantando en paralelo la carta de Isabel Godoy, indígena colla, cercana al partido y que en estos días apareció en la campaña de Daniel Jadue, lo que desató en enojo del Frente Amplio.

En la reunión de junio en el hogar de la machi estaban sobre la mesa los nombres de Elisa Loncon, Rosa Catrileo, Natividad Llanquileo y la propia machi, que desistió de su candidatura. Fue Linconao la que finalmente inclinó la balanza en favor de Loncon, en una reunión donde se habría acordado hablar de “unanimidad” de la decisión, aunque hubo votos disidentes, al menos el de Llanquileo.

El domingo, solo un convencional de la Lista del Pueblo le dio el apoyo a la abogada de 36 años, que deberá debatir en el órgano con Andrés Cruz, elegido en un cupo del PS por Concepción, el fiscal que consiguió la condena contra Llaitul en 2011.