DF Lab / Transformación Digital: Balance 2020 y desafío 2021
La pandemia del coronavirus ha acelerado los procesos de transformación digital en todo el mundo, en todas las industrias y Chile no es la excepción.
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La pandemia del coronavirus ha acelerado los procesos de transformación digital en todo el mundo, en todas las industrias y Chile no es la excepción. Las cifras que nos deja el 2020 son elocuentes y nos muestran las distintas caras de este fenómeno y los desafíos para el 2021.
El teletrabajo, que por años estuvo estancado en un insignificante 0,5% de la fuerza laboral, saltó hasta un sólido 29% en el mes de junio, la etapa más dura del confinamiento. Si bien durante mucho tiempo, el teletrabajo era mirado por los trabajadores como una medida que sólo traería beneficios, el estudio "Engagement y Teletrabajo en contexto de Covid-19" muestra los múltiples impactos que ha traido este profundo cambio en la forma de trabajar. Por un lado, se destacan entre los principales beneficios: la reutilización del tiempo de traslado (61%), mayor tiempo con quienes se convive (47%) y mayor autonomía para gestionar los tiempos dedicados al trabajo (43%). Por otro lado, se identifica que las principales dificultades han sido: el aumento de los quehaceres del hogar (59%), el aumento de las horas de trabajo (48%) y la convivencia 24/7 con quienes se convive en hogar (32%).
El comercio electrónico, por su parte, aumentó más de un 50% el año 2020 respecto al 2019, al mismo tiempo que las cifras agregadas de empleo del sector comercio muestran la pérdida de más de 300.000 empleos en lo que va del año. El estudio "Impacto de la Tecnología en la Fuerza Laboral del Comercio" realizado pocos meses antes de la pandemia ya anticipaba los disímiles impactos que tendría el cambio tecnológico en los distintos perfiles laborales. Mientras los 3 perfiles con mayor nivel de desvinculaciones proyectados serían los vendedores, los cajeros y los jefes de tienda, los 3 perfiles con mayor nivel de contratación serían los vendedores por internet, los desarrolladores de software, y los informáticos.
La comunidad educativa también se vio obligada a migrar a modalidades digitales para darle continuidad a los procesos de aprendizaje. Más de 3 millones de escolares se convirtieron en usuarios de la plataforma Aprendo en Línea desplegada por el Mineduc en respuesta a la contingencia. Sin embargo, un estudio que encuestó a más de 2.600 docentes de establecimientos educacionales, muestra como sus niveles de agotamiento aumentaron significativamente al implementar metodologías de enseñanza a distanca. Al indagar por las diferencias entre niveles agotamiento, se observa que aquellos docentes que declaran haber recibido capacitación en el uso de herramientas TIC muestran menores niveles de agotamiento en comparación con aquellos que no la recibieron.
Y es que los chilenos nos vimos forzados este 2020, para bien o para mal, a interactuar masivamente con plataformas digitales para sortear la crisis. Decenas de millones de permisos y salvoconductos emitidos por la Comisaría Virtual. Miles de millones de dólares solicitados, transferidos o retirados virtualmente en las plataformas digitales del Seguro de Cesantía, del Ingreso Familiar de Emergencia, o de las AFP. Para que hablar del explosivo aumento en uso de las plataformas de teleconferencia como Zoom, Meet o Teams. Si hasta las consultas de telemedicina saltaron de 2.000 en marzo a 40.000 en junio, de la mano del ajuste normativo que permite la emisión de licencias de manera digital.
Las cifras son elocuentes al mostrar las distintas caras del acelerado proceso de transformación digital. Por un lado, las oportunidades de mayor autonomía y flexibilidad producto del teletrabajo o teleestudio. Las oportunidades de mejor servicio y menores tiempos de espera producto del comercio electrónico y de la digitalización de trámites que antes requerían presencialidad y largas filas. Por otro lado, las amenazas, usualmente asociadas a perdida de empleos y precarización laboral producto de la obsocelencia de ciertos cargos, la automatización de ciertos procesos y los desafíos de adaptarse a nuevas formas de trabajar.
En este contexto, el desafío para el 2021 debería ser avanzar en la humanización de la transformación digital. Domesticar este fenómeno global, sobre el cual a veces pareciera que no tenemos ningún control y ponerlo al servicio de las personas. Las cifras avalan la relevancia de este desafío. El Foro Económico Mundial estima que al 2025 se destruirán 85 millones de empleos, pero que 97 millones de nuevos empleos emergerán producto un nuevo equilibro en la distribución del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos. En Chile, se estima que 2 millones de empleos están en riesgo producto de la automatización. Una medida concreta y eficaz para avanzar en la humanización de la transformación digital es la reconversión laboral de nuestra fuerza laboral con el fin de que la amenaza de la destrucción de empleos y de precarización laboral, se convierta en una oportunidad de más empleos y mejores salarios.
Desde Talento Digital para Chile, nos sumamos a este desafío mediante el compromiso de entrenar 16.000 nuevos talentos digitales con la firme convicción de que la mejor forma de humanizar la transformación digital es invirtiendo en las personas y sus habilidades pensando en los trabajos del futuro.