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Comisión Rettig, el camino recorrido por Aylwin hacia la reconciliación nacional y su visión de Pinochet

"Lo elegí porque sentí que tenía que ser una persona terca, de gran carácter que impusiera respeto", dijo en su momento el ex mandatario respecto al ex Comandante en Jefe del Ejército.

Por: | Publicado: Martes 19 de abril de 2016 a las 17:11 hrs.
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Bajo el mandato del abogado Raúl Rettig, Aylwin creó en 1990 la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación para contribuir a esclarecer la verdad sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990.

Los resultados de este trabajo que consignó 2.279 casos los dio a conocer el mismo mandatario en marzo de 1991, ocasión en la que no solo se hizo célebre su frase "habrá justicia solo en la medida de lo posible", sino que también su petición de perdón. Visiblemente afectado, expresó: "Me atrevo, en mi calidad de Presidente de la República, a asumir la representación de la nación entera, para en su nombre pedir perdón a los familiares de las víctimas".

El 4 septiembre de 1990 hizo otro gesto que dio cuenta de su interés por avanzar en la reconciliación del país, al hacerle un funeral de Estado a quien fuera uno de sus adversarios políticos como lo fue el ex Presidente Salvador Allende, tal como se lo había prometido a su viuda Hortensia Bussi.

Su visión sobre Pinochet

Patricio Aylwin tuvo que convivir con Augusto Pinochet en su calidad de comandante en jefe del Ejército. Y las escaramuzas se dieron desde el principio. Por ejemplo, una ocurrió tras el nombramiento de Patricio Rojas como ministro de Defensa, lo que molestó en los cuarteles del Ejército. "Lo elegí porque sentí que tenía que ser una persona terca, de gran carácter que impusiera respeto", confidenció en su momento a la historiadora Patricia Arancibia. Es más, contó que en un momento le solicitó a Pinochet que diera un paso al costado, a lo que Pinochet habría respondido: "No señor, se equivoca, no ve que mi gente está muy nerviosa, nadie lo va a defender mejor que yo".

Los desencuentros subirían de tono con el tiempo, en especial tras la investigación iniciada en contra Augusto Pinochet Hiriart, hijo del militar, por el caso de los "pinocheques". Luego que esta información fue filtrada por la prensa, Pinochet ordenó a las tropas acuartelarse, buscando generar presiones para que el gobierno se abstuviera de tomar medidas al respecto. Tres años después, el caso volvió a generar desencuentros cuando la portada del diario La Nación informaba sobre la reapertura de las investigaciones.

Vinieron las reacciones y esta vez el general se reunió con otros oficiales en el edificio de las Fuerzas Armadas, escoltado por militares armados y con sus trajes de combate. Este episodio, que hizo ceder a Aylwin, fue conocido como "el boinazo" por las boinas de color negro que llevaban los soldados.

En el balance de Aylwin, durante su período presidencial -salvo el ejercicio de enlace y el boinazo- tuvo una "relación humana muy correcta con el general", a quien definió como "cazurro, un hombre que en lo formal era muy respetuoso e, incluso, amistoso".

 

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