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Escalona: “Tomar tecito con Piñera es una cosa protocolar, pero el ejercicio democrático es en el Congreso”

El exsenador tiene la convicción de que aún no se puede hablar de candidaturas presidenciales y que “ese naipe se va a barajar muchas veces”.

Por: Claudia Rivas A. | Publicado: Viernes 13 de abril de 2018 a las 04:00 hrs.
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El vicepresidente del Partido Socialista, exsenador Camilo Escalona, defiende la postura adoptada por su partido de no participar en las comisiones del gobierno, pese a que algunos admiten costos políticos por ellos. Además, ha seguido con atención el primer mes del actual gobierno y su proceso de instalación. Si bien está convencido de que es poco tiempo para “llegar a una conclusión”, sí cree que ya se pueden “advertir problemas, tendencias o tensiones”, como que el bloque que apoya al presidente Sebastián Piñera “es muy heterogéneo, tiene un abanico muy extenso. Va desde liberales, como Evópoli de Francisco Undurraga, hasta ultraderechistas que están en su equipo de gobierno, como Larroulet o el intendente de la Octava Región”.

- ¿Cómo se refleja ese problema?

- Se refleja en los dos principales anuncios que ha hecho este mes, uno para cada uno: respaldar que se legisle en identidad de género y 48 horas después Punta Peuco (el proyecto de conmutación de penas).

- ¿Para hacer un justo balance?

- Para un balance. Piñera es un tipo muy frío y sabe que ese proyecto no tiene votos en Valparaíso, pero tiene que dejar contento al ‘lado oscuro de la fuerza’, el lado de Van Rysselberghe. Piñera tiene un conflicto en su comité político, porque de Van Rysselberghe a Undurraga tiene un abanico que es un universo al mismo tiempo. Por lo tanto, su acción de gobierno va a vivir permanentemente este forcejeo entre ambos. En consecuencia, los claroscuros de las luchas internas del gobierno de Piñera se han reflejado este primer mes con mucha intensidad y con gran crudeza.

- ¿Será ese su punto débil?

- Me da la impresión que la heterogeneidad de su bloque de apoyo es el centro nervioso de la conducción política de Piñera.

- ¿Eso lo provoca la amplitud que es necesaria para asegurar el triunfo, pero que hace más complejo gobernar?

- Sí, y a través de esta reflexión espero aportar a que Piñera se esclarezca. La vez anterior fue muy notorio que la UDI era el eje de la oposición y eso podría haber sido así ahora, pero la correlación de fuerzas parlamentarias cambió a favor de RN; sin embargo, esa bancada es muy conservadora.

- ¿Ese escenario va a ser complejo para Piñera?

- La principal tarea de Piñera en los próximos meses va a ser el equilibrismo para mantener la amplitud de su coalición, porque en el momento en el que, y eso le pasó a la Concertación y a la Nueva Mayoría, pierda la amplitud, pierde la mayoría. Y yo creo que en el gobierno que acaba de concluir no hubo conciencia respecto del problema estratégico que significa perder amplitud.

- ¿Así de importante?

- Es decir, Piñera está puesto en una situación en que si alguno de los ingredientes de su bloque de fuerzas se va, pasa a ser minoría. Porque, a pesar de las diferencias entre él y Guillier, los bloques políticos son relativamente equilibrados.

- ¿Esta necesidad de buscar equilibrios ha hecho más compleja la instalación?

- No, yo creo que su instalación fue como la de ningún gobierno de los últimos de la transición, tuvo todo a favor, Piñera no se puede quejar de eso.

- ¿Tenía todo para partir bien?

- ¡Claro! Primero, porque la Presidenta le facilitó esto que yo no comparto y es que los ministros fueran como escolares a darle cuenta al profesor, eso es inédito. Y, desde el punto de vista de la fórmula republicana, no se ganó nada con eso. Segundo, lo ayudó La Haya. Chile podrá tener muchos problemas en su salud política, pero a pesar de todo el país estuvo unido y eso siempre apoya al Presidente. Tercero, los desaciertos del término del mandato de Bachelet. Entonces, Piñera ha tenido condiciones óptimas para empezar su gobierno, no se puede quejar.

- Pero ¿las ha aprovechado?

- Es pronto para saberlo, aunque en la formulación de proyectos legislativos han ido lentos, han estado flojos, porque tenían condiciones muy fértiles para haber generado unas iniciativas concretas y eso no ha ocurrido. Y esto confirma que el diálogo democrático tiene que ser en el Congreso Nacional.

- Como ha sostenido el PS, pero también se ha ganado que los acusen de no querer dialogar.

- Pero ese es nuestro punto de vista. Piñera o sus voceros lo han desfigurado diciendo que los socialistas no queremos diálogo. Lo que nosotros queremos es fortalecer la institucionalidad republicana y, en consecuencia, no se trata de ir a agrandarle el ego al Presidente a su oficina en La Moneda en este país que está enfermo de presidencialismo, sino que se trata de que los protagonistas se encuentren en el Congreso Nacional que es el lugar donde se tienen que tomar los acuerdos.

- Pese a todo, usted defiende la postura de su partido de no participar en las comisiones.

- Sí, yo creo que tomar tecito con Piñera es una cosa protocolar, pero el ejercicio democrático se hace en el Congreso Nacional.

“La oposición se va a demorar en encontrar un tono y un estilo”

- Si se hace un balance de este mes, la oposición es la que menos ha logrado avanzar y tampoco ha hecho una autocrítica profunda y seria de la derrota.

- La oposición no se sacude todavía del efecto de la derrota y era prematuro pensar que en un mes lo íbamos a resolver. Y respecto de la derrota anterior hay una situación diferente ahora.

- ¿Cuál?

- Qué los partidos se distanciaron mucho más en esta ocasión, incluso buscaron candidaturas fuera de sus filas; no sólo nosotros sino también el FA, porque Beatriz Sánchez no era militante. Y los partidos, no sé por qué extraño fenómeno, de manera colectiva cayeron en la trampa del apartidismo y empezaron a negar su propio rol y en eso el gobierno de Bachelet no ayudó.

- ¿Por qué?

- Porque los partidos sufrieron un menoscabo desde hace muchos años y ese menoscabo los llevó a refugiarse en candidaturas independientes ¡Lo peor que podía haber ocurrido! Y la situación que se generó es que los partidos quedaron distanciados y, además, enemistados con una carga política y emocional muy dura y ésta aún no emerge. Es necesario que pueda emerger el dolor para que se produzca la sanación que está pendiente.

- Usted desliza la responsabilidad de Bachelet en la derrota, pese a la experiencia de la primera vez; entonces, ¿qué pasó ahí, qué se hizo mal?

- La vez anterior perdimos, pero tuvimos coalición y candidato que había emergido de los partidos, ahora no tuvimos ni coalición ni candidato. Tuvimos que apoyar a un candidato que ni siquiera había participado en nuestro proceso interno. O sea no tuvimos coalición y adherimos a un candidato; entonces, el menoscabo de los partidos llegó a un punto penoso.

- En este corto periodo fuera del gobierno ha quedado de manifiesto que hay dos oposiciones: una que hace el FA, a veces con la ayuda del PC, y otra de los otros partidos de la exNM que tiene un enorme desorden y en que entre todos se disputan el liderazgo.

- Discrepo de esa caracterización, porque en el hecho político principal comunistas y FA quedaron en posiciones distintas. Pero la verdad es que la oposición inició un largo camino en que le queda mucho para poder…

- ¿Ordenarse?

- Primero, aclararse.

- Pero son cuatro años no más…

- Son cuatro años, pero después de la derrota esto lleva tiempo. No creo que se vaya a tener un repentino y fulminante ataque de lucidez colectiva para que todos sepan qué hacer de la misma manera y al mismo tiempo. Eso no va a ocurrir. La oposición se va a demorar en encontrar un tono y un estilo, por eso que cada actor individual trata de imponer el suyo.

- Pero hay algunos que se atribuyen el mejor derecho para liderar, como es el caso del PS.

- Es que los que dicen eso, se equivocan, porque el tema de jugar este rol de articulador, de liderazgo en el fondo, de la coalición opuesta a la de Piñera es el resultado de un proceso y no el punto de partida. La oposición se tiene que configurar primero.


Visión sobre Alejandro Guillier: "Él mismo sembró lo que cosechó"

- ¿Qué le parece la situación en que quedó Guillier después de la derrota? Otros han quedado parados como líderes de la coalición.

- Es que él no es líder de la coalición y él mismo sembró lo que cosechó, porque dijo 'si me quieren apoyar me apoyan'. En su caso, los partidos fuimos colocados en una situación de capitis diminutio, obligados a adherir a una figura "providencial" y perdimos, se acabó la figura providencial. Esas fueron las reglas del juego.

- ¿El rearme de la oposición es tan complejo que le podría dar para que el gobierno de Piñera se proyectara a ocho o incluso 12 años?

- Primero, espero que no haya reelección presidencial, porque para que Piñera durara ocho años tendría que haber una reforma constitucional que le permitiera competir de nuevo y eso sería nefasto para Chile.

- Me refería a la proyección de su coalición.

- Esos son imponderables que no están resueltos hoy día.

- Entonces, ¿por qué muchos en la exNM creen que es irremediable?

- Primero, tiene que encontrar un candidato.

- Pero si están, por lo pronto, los senadores Ossandón y Kast.

- No es así y el grueso de RN no está de acuerdo con Ossandón. A Kast le falta mucho, además Evópoli es minoría en ese bloque. Entonces, no veo que haya candidaturas todavía.

- ¿Qué surjan del gabinete tampoco? Se dice que Moreno sería el delfín de Piñera.

- Nooo! no lo veo. Fíjese que la encuesta de ayer (miércoles), instala una figura que perfectamente puede volver: Lavín. Las cartas no están resueltas, ese naipe se barajará muchas veces.

- ¿Y la oposición cómo está ahí?

- Yo espero que no naufraguemos finalmente en un mar de nombres o figuras o de personeros, todos chiquititos, pequeños, sino que seamos capaces de poder construir una alternativa sería y para eso los partidos son fundamentales.

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