Actualidad

Sergio Urzúa y el próximo gobierno: “El desafío será hacer contrarreformas”

El economista será uno de los expositores del 5to Summit de País Digital que parte hoy en Santiago.

Por: Rossana Lucero | Publicado: Martes 5 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

No lo dice, pero Sergio Urzúa sin duda es un “mateo”. Una primera referencia: con solo 40 años, ya lleva 10 en la academia de Estados Unidos y hoy es profesor de la Universidad de Maryland, donde tiene tenure (posición permanente). Un camino que inició en ingeniería comercial en la Universidad de Chile y que lo llevó más tarde a Chicago, donde obtuvo su doctorado en Economía. “Me fui quedando”, relata sobre su vida en el país del norte junto a su esposa –también economista- y sus tres hijos (mellizos de 10 y uno de 8 años).

Desde 2014 es investigador asociado a Clapes UC y en su currículo antes aparece el Centro de Estudios Públicos (CEP) y su trabajo en Hacienda en 2010 en el tema de Políticas Sociales en la reconstrucción post terremoto en la zona centro-sur.

Una labor que habla también de su apego a Chile, donde siempre piensa en volver aunque hay temas que no le gustan o preocupan, como el clasismo y machismo. “El valor de la diversidad hoy se reconoce, pero hay que fomentarlo más”, resalta. O, puesto de otra forma, que las “oportunidades son menos meritocráticas de lo que a uno le gustaría”.

También cuestiona la falta de diálogo en el país. Ese proceso esencial de negociación y de consenso para romper la “trampa del ingreso medio”, aquella que deja a muchos países en la mitad del camino entre la pobreza y la prosperidad.

“En la historia esas transiciones han sido siempre complejas, por lo que hay que saberlas conducir”, dice quién será uno de los expositores del 5to Summit de País Digital que hoy parte en Santiago.

- Bajo esta lógica, ¿cómo ve el proceso electoral?

- El expresidente Sebastián Piñera ha tenido una suerte impresionante. Tiene adversarios que no logran encontrar el camino, que no han dado el ancho. Y en cuanto al contenido, quien quiera que sea el próximo Presidente -que creo será Sebastián Piñera- tendrá dos obligaciones: una, reactivar la economía; y dos, tratar de llevar a cabo esa conversación de cómo alcanzar el desarrollo de una forma ordenada, con espíritu cívico.

- ¿Y a Sebastián Piñera le sirve su primera administración?

- En cifras, su administración fue notable. Desde el punto de vista económico, cualquiera que diga que su gobierno fue un fracaso, está falseando la verdad.

Respecto del relato, en líneas generales, bajo su administración se continuó la visión que tenía Chile respecto de su desarrollo. Y eso, de hecho, le ha traído problemas al expresidente quien ha sido criticado por haber extendido lo que se hizo durante los gobiernos de la Concertación. Yo no lo veo como algo negativo, porque prefiero procesos más lentos, bien pensados, que traumáticos. ¿Se podría haber hecho más cosas? Siempre se puede hacer más. Pero no se hicieron locuras.

- ¿Este gobierno hizo locuras y, por ende, Piñera –de ganar- debiera llevar adelante en un gobierno de contrarreformas?

- En muchas dimensiones, el desafío será hacer contrarreformas. Es inevitable. Creo que hay un deterioro institucional muy importante y lo vivimos recientemente con la desavenencia entre los equipos económico y político. En temas de fondo, la reforma tributaria es un ejemplo que tuvo impacto muy negativo; la laboral fue un tiro en el pie y la educacional representa un cambio anti cultural que no será gratuito.

Hay muchos temas que se deben revisar. Ahora, esto no implica utilizar retroexcavadoras. Hay que ser cuidadoso de no caer en el mismo error. Acá lo importante es tratar de buscar fórmulas inteligentes, y ahí está el gran desafío desde el punto de vista del diseño de las políticas públicas. Hay que revertir estas cosas, pero con acuerdos, con una visión consensuada, que sea consistente con lo que la gente está solicitando. La gente demanda seguir en la senda de transformarnos en una sociedad de acceso abierto, con oportunidades, en la cual el mérito importe, que el esfuerzo sea valorado.

- El gobierno se escuda mucho en el hecho de que era importante hacer reformas estructurales...

- Existe consenso respecto a la necesidad de continuar la agenda modernizadora, con más y no menos libertades. Creo que estamos todos de acuerdo con el título de la canción. ¿Cómo hacerlo? Ahí viene la cocina, el acuerdo, sentarnos a negociar, y ese proceso no se ha desarrollado adecuadamente.

¿Nuevos ministros? “No improvisen”

- ¿El quiebre en el gabinete refleja esta falta de conversación, de acuerdos?

- No interpretaría un evento en particular como un punto de quiebre, sino como una manifestación de un problema más profundo. Estos cuatro años se van a transformar en un ejemplo de libro de texto respecto de las dificultades que implica romper la trampa del ingreso medio. Esto no se hace de un día para otro, se hace teniendo una discusión de fondo, construyendo acuerdos. Los procesos de transición requieren algún ordenamiento institucional. Y, en muchos sentidos, las fallas que hemos observado bajo esta administración demuestran que tenemos desafíos institucionales importantes y que la clase política no ha sabido resolver.

Y lo que hemos observado en este período tiene consecuencias de largo plazo. Quien quiera sea el próximo presidente va a tener también un problema de administración política, de respeto a las instituciones y, por lo tanto, es importante que nos pongamos de acuerdo. Podemos estar parados en las dos esquinas ideológicas, pero la búsqueda del bien común requiere una discusión y creo que el reflejo del fracaso de la Nueva Mayoría es no poder conducir ese proceso.

- Y, en ese sentido, ¿qué espera de los nuevos ministros?

- Les he escuchado declaraciones que contribuyen a la perplejidad. Por ejemplo que el proyecto Dominga no está muerto, o que el reciente proyecto de reforma de pensiones ya requiere ajustes, o la incertidumbre respecto a qué será el proyecto de reforma a la Constitución. Que el ministro Eyzaguirre diga a pocos meses del cambio de gobierno “crecimiento, crecimiento, crecimiento”, cuando tuvieron cuatro años para cambiar la “mala pata”, refleja lo que ha sido la administración de la presidenta Bachelet en materia económica.

Lo que uno le pide a las nuevas autoridades es que no se improvise, la ley de Presupuestos es muy importante, aquí no se pueden dar gustos. Las holguras fiscales ya no existen. Un veranito de San Juan con un mayor precio del cobre no puede significar un aumento del gasto desproporcionado. La Nueva Mayoría debe tratar de revivir la responsabilidad fiscal.


"No es Homero Simpson quien asegurará el crecimiento en EEUU"

- ¿Automatización? "Oponerse a lo que puede ser el proceso modernizador propio de las nuevas tecnologías, de la automatización, es un absurdo. Eso pasa sí o sí. (...) Yo no soy de la idea de que la automatización va a significar sí o sí miles de millones de empleos menos en el mundo. Sin embargo, lo importante es la capacidad de adaptarse a los cambios y la capacitación en capital humano es fundamental."

- ¿Hay que temer a los robots? "Depende de lo que haces. Aquí va a haber perdedores, pero también muchos ganadores. La pregunta es qué se hace desde el punto de vista de la política pública para asegurar que el número de perdedores sea menor que el de ganadores. Esa es la discusión que se observa en el mundo desarrollado ante la nueva revolución tecnológica actual (...)

- ¿Inmigración? "Es una gran oportunidad, le hace bien a Chile. Es una señal del éxito que hemos tenido como país. Es fascinante y valioso que haya colegios en Quinta Normal, Estación Central, donde un porcentaje mayoritario de los chicos son extranjeros.

Soy muy optimista de lo que significa la incorporación de población diversa a la sociedad. Nos vamos a sorprender. Vamos a tener profesionales en 10, 15, 20 años, de todos colores, con distintas habilidades, distintas capacidades, que valoran el esfuerzo. Y esto no es nuevo. La norteamericana es una sociedad que se mueve a partir de los inmigrantes. La gran ventaja que tiene Estados Unidos hoy respecto del mundo no es el americano promedio, no es Homero Simpson quien va a asegurar el crecimiento en los próximos 30 años, son los asíaticos, latinos, indios de segunda generación".

Lo más leído