Urzúa: “Ministro Valdés parece muy bien encaminado, esperemos que cuente con el apoyo político necesario”
Economista cree que Hacienda debe jugar un rol fundamental en la reforma para evitar improvisaciones y perjuicios al país. Mantiene visión crítica por fin del reemplazo en huelga y la ausencia de temas de capacitación en la agenda.
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El mercado celebró que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, tomara control de la reforma laboral y le devolviera el rigor macroeconómico al debate en su tramitación en la Cámara de Diputados.
Sergio Urzúa, investigador de Clapes UC y profesor de la Universidad de Maryland en Estados Unidos, comparte ese optimismo. "Lo prioritario es asegurar que la reforma laboral, y las que vengan, tenga el nivel de pulcritud que Chile demanda. La evidente improvisación en torno a la reforma tributaria y educacional fue muy perjudicial y no se puede volver a repetir. Como lo ha demostrado la historia, Hacienda debe jugar un rol fundamental para evitar este tipo de situaciones", dijo el economista.
Sin embargo, mantiene una visión crítica respecto del fin del reemplazo en huelga y llama a darle más prioridad en la discusión a la capacitación y la participación laboral de mujeres y jóvenes.
- ¿Cómo ha visto el debate de la reforma laboral en el Congreso?
- La discusión de la reforma laboral pre cambio de gabinete seguía el mismo patrón que observamos en el contexto de la reforma tributaria, donde se impuso un modelo que tuvo algunos cambios, pero hay que ver cuál será el impacto final. En la reforma educacional no ha habido cambios mayores. La reforma laboral ha generado más dudas en el sector privado, de que esto tiene elementos complejos que pueden tener un impacto sobre el crecimiento económico y el mercado del trabajo.
En este contexto, el cambio de gabinete es una oportunidad (...)
- ¿Valora el rayado de cancha del ministro Valdés?
- Creo que el ministro de Hacienda puede jugar un rol muy importante en la reforma laboral, elevando el nivel de su discusión técnica. Esto ha quedado de manifiesto en sus recientes comentarios públicos respecto de los riesgos que puede tener un diseño deficiente de las distintas iniciativas que la componen, lo mismo respecto de las "innovaciones" que han comenzado a emerger del poco riguroso ambiente del Congreso. Es el caso de la negociación por rama y el reajuste por IPC, entre otros. También son bienvenidos sus comentarios respecto de la importancia de contar con una adaptabilidad pactada propia de un mercado laboral moderno. Son todos elementos que han sido parte del consenso transversal del mundo técnico.
Lo prioritario es asegurar que la reforma laboral -y las que vengan-, tenga el nivel de pulcritud que Chile demanda. La evidente improvisación en torno a la reforma tributaria y educacional fue muy perjudicial y no se puede volver a repetir. Como lo ha demostrado la historia, Hacienda debe jugar un rol fundamental para evitar este tipo de situaciones. A pocos días de su nombramiento, el ministro Valdés parece muy bien encaminado, esperemos que cuente con el apoyo político necesario.
- La reforma mantiene la titularidad sindical y el fin del reemplazo, ¿eso puede tener efectos en empleo?
- Todo va a depender de la forma. Cuando uno entra con un caballo al Congreso y sale con un camello, la cosa no anda muy bien. En este caso, se está entrando con un camello y no sabemos bien con qué se va a salir.
El mercado tiene deficiencias mayores que requieren más atención prioritaria. Por ejemplo, ha habido un debate respecto de las cifras de desempleo, hemos tenido una discusión técnica con la directora del INE. Si es que los números son los correctos -no tengo ninguna duda al respecto, sólo hemos pedido clarificación-, hay un cambio significativo en la composición de los inactivos, jóvenes que antes declaraban estar estudiando y hoy dicen que no están estudiando, ni tienen intenciones de trabajar. Si eso es así, uno se pregunta cómo la reforma laboral va a poder hacer algo respecto de las posibilidades de generar empleo entre los grupos más vulnerables que son los jóvenes y las mujeres
También habría que preguntarse si una reforma laboral que sólo mira a un grupo de trabajadores y que no mira al otro grupo que está fuera del mercado y está buscando empleo, cuánto podría afectar la informalidad y la pobreza.
Me preocupa que la capacitación no sea un tema, debería ser algo clave, ahí hay posibilidades y consensos. Todavía estamos viendo qué es lo que pasó con el programa Más Capaz, no es algo que se esté discutiendo, no hay evaluación, no sabemos exactamente cuántos se capacitan.
- ¿Es partidario del fin del reemplazo con servicios mínimos?
- Una medida como la eliminación del reemplazo va a generar probablemente un mayor costo para efectos del empleo. Puede que haya ganancias en convivencia, pero me preocupa el joven que está entrando a trabajar a una empresa y tiene que estar sindicalizado, o la mujer joven que también está entrando a una empresa y por la posibilidad de no poder reemplazarla, no la van a contratar, pasando a la informalidad. Hoy hay prioridades más importantes, no deberíamos estar discutiendo este tipo de cosas. En el contexto de una reforma laboral comprehensiva, el fin del reemplazo podría ser un elemento a negociar.
Debate sobre nueva encuesta casen
La semana pasada Sergio Urzúa participó en el seminario "Volvamos la Mirada hacia la Pobreza", organizado por Clapes UC. El evento contó con la presencia de la subsecretaria de Evaluación Social, Heidi Berner. "Quedé impresionado por la presentación de la subsecretaria Berner, fui crítico con la Casen 2011 y la Casen 2013 por la forma en que se entregaron los resultados. Me da la impresión de que existen progresos interesantes en términos de avanzar en un sistema de focalización de las políticas públicas en distintas dimensiones, creo que en la subsecretaría de Evaluación Social esa discusión se la están tomando en serio", dice Urzúa sobre las palabras de la autoridad sobre la nueva Casen. El economista, sin embargo, plantea su inquietud por moverse hacia una medición de pobreza más allá de los ingresos, sin tener un marco institucional que permita un diálogo técnico entre ministerios y servicios.