La oficina o industria dejó de ser un lugar al que solo se va a trabajar, y las relaciones entre colegas ahora son un factor de relevancia. Eso es lo que arrojó un estudio de Rankmi a 426.417 personas que trabajan en 70 empresas de Chile, México, Perú, Colombia, Argentina y Ecuador.
En el caso local, en el que participaron 190 mil encuestados correspondientes a 36 firmas, las tres principales inquietudes de las personas ocupadas se relacionan con la posibilidad de crecer profesionalmente, las relaciones laborales y la jefatura.
Sin embargo, el orden de dichas preocupaciones varía significativamente según el género.
En el ámbito de las mujeres chilenas, el tema más mencionado en los comentarios espontáneos fue la relevancia de las relaciones interpersonales en los espacios de trabajo. En segundo lugar, las mencionaron el liderazgo, y en tercer lugar apareció el desarrollo profesional.
Para el sondeo, esta diferencia destaca un fenómeno particular: las trabajadoras chilenas tienden a centrarse más en lo relacional que en lo estructural cuando se trata de evaluar su experiencia laboral.
Entre los hombres chilenos, en cambio, la jerarquía temática es distinta, siendo su principal preocupación el desarrollo profesional, seguido del liderazgo y, en tercer lugar, relaciones interpersonales. “Esta diferencia de prioridades entre géneros pone de relieve un desfase en las expectativas y vivencias laborales que conviven dentro de una misma cultura organizacional”, plantearon desde Rankmi.
Para la empresa, los resultados “no solo aporta un matiz local valioso, sino que también plantea preguntas importantes sobre cómo las organizaciones están abordando –o no– las distintas formas en que mujeres y hombres viven el trabajo”.
Para el cofundador de la Rankmi, Felipe Cuadra, las empresas que se proponen construir culturas sanas y sostenibles “no pueden conformarse” únicamente con los porcentajes de satisfacción, sino que “deben ir más profundo. Las palabras escritas por las personas, cuando se analizan con inteligencia artificial, ofrecen una cartografía emocional y cultural de la organización. Ignorarla es navegar sin mapa”.