Dividido. Así encaraba el mercado la última reunión de política monetaria del Banco Central de este año, cita marcada por el positivo registro inflacionario de noviembre -que llevó al IPC en doce meses a ubicarse por debajo del 4% por primera vez desde marzo de 2014- y el incremento en la tasa de interés de parte de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos el miércoles, lo que no pasaba en casi una década.
En este escenario, el instituto emisor chileno optó por reforzar su tono de alerta por el aún alto nivel de precios internos y así incrementar el tipo de interés rector en 25 puntos base a 3,50%, la segunda alza en los últimos tres meses.
¿Las razones? En el comunicado del Consejo se advirtió que si bien la inflación anual se redujo a 3,9% el mes pasado, se espera que retorne a cifras por sobre el 4% “en el corto plazo”.
Es que el mercado proyecta que los IPC de diciembre y enero volverán a subir tras la nula variación de noviembre, llevando la inflación en doce meses a niveles cercanos al 5%, muy por sobre el rango de tolerancia del ente autónomo (2% a 4%).
“La inflación subyacente sigue cercana a 5% anual. A su vez, las expectativas de inflación a dos años plazo permanecen en 3%. La evolución de estas variables se seguirá monitoreando con especial atención”, consignó la autoridad.
Junto con ratificar que el escenario externo da cuenta de un “deterioro” de las economías emergentes, destacando que la normalización de la política monetaria en EEUU no ha provocado “en lo inmediato cambios significativos” en los mercados globales, la entidad monetaria recalcó que el alza de tasas en Chile se dará de una manera gradual.
“La trayectoria futura de la TPM contempla ajustes pausados para asegurar la convergencia de la inflación a la meta, a un ritmo que dependerá de la nueva información que se acumule y de sus implicancias sobre la inflación”, concluyó el Consejo en el comunicado tras la reunión.
¿Qué opinó el mercado?
El economista de BCI Estudios, Antonio Moncado, leyó del mensaje del banco la “preocupación” del emisor por la inflación. “Para adelante, esperamos que la debilidad en actividad local, el retiro del estímulo monetario y menores presiones desde el tipo de cambio, moderen las presiones inflacionarias hacia el horizonte de un año y lleven a la inflación terminal 2016 a 3,2%”, expuso.
En Banco Santander Chile esperan que nuevos movimientos de tasa estén determinados por el desempeño de los mercados globales y su impacto en los precios locales. “El Consejo habla de ajustes pausados en la TPM dejando entrever la posibilidad de más de un alza en los próximos meses”, dijeron.
El economista de Scotiabank Chile, Benjamín Sierra, consideró que el instituto emisor mantuvo su sesgo alcista para el interés rector, pero “sutilmente suavizado”.
“Reiteramos que, a menos que hubiera un rebote o un estancamiento en el lento retroceso inflacionario, no hay gran espacio para grandes reducciones de la expansividad monetaria”, comenta.
El economista de Banco Penta, Pablo Witto, coincide en que el comunicado denota un sesgo “levemente contractivo” en el futuro de la política monetaria. “Estimamos que la siguiente alza vendrá entre el segundo y tercer trimestre del próximo año, dependiendo principalmente de cómo evolucione la convergencia de la inflación al 3%, el desempeño de las materias primas en el mundo y la gradualidad de la normalización monetaria en EEUU”.