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China: ¿Año de la recuperación económica o de pagar los costos del Cero Covid?

China tuvo un mal año, entre la presión del escaso dinamismo económico y la severa crisis inmobiliaria, pero al menos mantuvo a raya la pandemia. Ahora, el fin de la política de Cero Covid está disparando los contagios, lo que abre un incierto panorama para la recuperación en 2023.

Por: Marcel Oppliger | Publicado: Viernes 30 de diciembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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foto: Reuters
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Las estricta cuarentenas y controles sanitarios de la estrategia de Covid Cero fueron un cerrojo para la economía china en 2022, ya muy golpeada por la crisis inmobiliaria que desató el colapso de la gigante Evergrande. Pero como había sido un éxito contra la pandemia, el Gobierno aceptó los costos y apostó su capital político a mantenerla a como diera lugar.

Las masivas e inéditas protestas de noviembre forzaron la mano de Beijing, que puso fin al Covid Cero a regañadientes. Ahora, con los contagios en nivel récord, el impacto económico (además de humano) abre serias interrogantes respecto de cómo evolucionará el país en 2023.

Sergio Diez
Socio del Asia-Pacific Desk del estudio de abogados Cariola Diez Pérez-Cotapos

China no volverá a crecer como lo hizo entre los años 90 y el primer período de Xi Jinping, lo que no sólo se colige del análisis de su economía post Covid: desde el año 2010 viene exhibiendo un sostenido decrecimiento económico, producto de decisiones políticas y nuevos enfoques estratégicos.

Aclarado lo anterior, sin duda China y su política de Covid Cero tocaron piso. Lo que viene es un período de estabilización y reapertura, pero no con el dinamismo de décadas anteriores. El fracaso de su política de manejo de la pandemia, en que se impusieron cuarentenas y reglas sumamente gravosas para el comercio internacional -sin que éstas pudiesen ser analizadas, conversadas y menos consensuadas con los inversionistas-, tendrá efectos negativos y hará que las grandes compañías piensen dos veces antes de volver a instalarse, de la forma como lo hicieron en el pasado, en dicho país.

Esperamos que se haya aprendido la lección: la obstinación unilateral no es el camino en un mundo globalizado, es más, occidente tomó otra dirección en el manejo de la pandemia y sus frutos positivos están hoy a la vista.

No obstante, confiamos en que el decidido proceso de apertura de las últimas semanas, el pragmatismo del Partido Comunista Chino y la liberalización en la circulación de personas y bienes, propiciarán la reactivación económica, recuperando paulatinamente sus tasas de crecimiento prepandemia, y abriendo nuevas oportunidades de negocios que impactarán positivamente en nuestro mercado. Así, esperamos confiados un positivo 2023 en los negocios con nuestro principal socio comercial.

Gonzalo Matamala-Ortiz
Desde Shanghái, gerente general de Giddings Fruit Asia&China

La situación económica en China está muy contraída y los resultados del Q4 de 2022 todavía reflejarán los efectos adversos de las medidas Cero Covid, en materia de crecimiento y ventas minorista.

Sin embargo, es de esperar que en 2023 el país experimente un rebote económico sustantivo en la economía, pese a que la base comparativa es muy baja y cercana al 3% de crecimiento. Esta recuperación traerá consigo ciertas presiones inflacionarias, tal como aconteció en otros países.

Con una demanda externa disminuida -EEUU y EU-, China dependerá de sí misma para sostener el rebote económico de cara a la segunda mitad de 2023, cuya proyección inicial está en 5,5%. Esta comenzará a percibirse pasado el Año Nuevo Lunar, cuando la población recupere la confianza y se vuelva a generar el círculo virtuoso del consumo en bienes y servicios.

Entre los principales desafíos que se avizoran para 2023 está el sector inmobiliario, que producto de la abrupta caída que ha tenido, está experimentando problemas crediticios. Finalmente está el creciente déficit público, en especial en gobiernos locales, dificultándose su uso como instrumento de inversión estatal (grandes proyectos para estabilizar la economía).

Jaime Rivera
Director de la Cámara de Comercio de Chile en Japón; exdirector comercial de Prochile en Japón, Tailandia y Vietnam

En períodos tan inciertos las proyecciones son complejas. Sin embargo, hay cuatro supuestos clave que pueden acelerar la recuperación del crecimiento chino en 2023, y en consecuencia, de la economía mundial: el mejoramiento de sus relaciones con EEUU; la mantención de la calma en el Estrecho de Taiwán; la reapertura interna y externa de China Post-COVID; y manejar adecuadamente el alto nivel de endeudamiento de la economía (que no ocurran situaciones similares a las de Evergrande, o como lo que paso en Japón con los Keiretsu).

El crecimiento de la economía China estará en el rango del 4,1% a 5%, focalizada a partir de fines del segundo trimestre del año y con expectativas significativamente más positivas para el 2024.

EEUU, Europa, Japón y Corea están implementando un plan para reducir la dependencia de China como un proveedor estratégico, y los procesos de near-shoring para salir de China parecen ser la tónica. Por ende, China deberá implementar un plan agresivo, confiable y estable, que genere condiciones que den confianza a sus socios comerciales.

Reactivar el crecimiento económico bajo una visión integradora que beneficie a todo Asia, por ejemplo, reforzando las co-inversiones, buscando en el exterior joint ventures modernos, moviendo operaciones a mercados del Sudeste Asiático e implementando un discurso positivo para la implementación de la estrategia de La Franja y la Ruta.

A lo anterior se suma la caída de la demanda interna, graves problemas de solvencia en el sector inmobiliario y la disminución del comercio internacional.

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