Macro

Muy poca inflación para no tener acción

Jorge Selaive, Economista Jefe BBVA

Por: | Publicado: Jueves 7 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Un nuevo IPoM es siempre bienvenido. Incorpora juicios técnicos y, más allá de eventuales disensos, ojalá la institucionalidad funcionara de esta manera en otros ámbitos. Los ajustes anunciados en la comunicación de la política monetaria hablan bien de los esfuerzos por perfeccionar el quehacer de esta institución.

La actividad económica está mejorando. Existen fundamentos para esperar mayor dinamismo, ya atisbado en el último Imacec. Una expansión promedio mensual desestacionalizada de 0,2% el resto del año, nada particularmente exigente, y la economía crecería cerca de su potencial el segundo semestre, en torno a 2,5% como estima el Banco Central. Están dadas las condiciones para ver una virtuosa retroalimentación desde crecimiento a confianzas; el cambio de gobierno y ajuste en el foco de las políticas públicas también deberían hacer su contribución.

Es cierto que el cobre más alto entrega alivio. Sin embargo, no es un buen supuesto de trabajo considerar una recuperación como la vista en el pasado para la inversión minera. Las reformas laboral y tributaria, la menor ley del mineral, una institucionalidad ambiental compleja y una percepción frágil de perdurabilidad de los altos precios del metal (explicados en gran medida por la debilidad del dólar) no tienen a la minería chilena con los mismos vientos en inversión.

La recuperación en el crecimiento mundial apoya mayor inversión en sectores transables no mineros. Entre varios factores en el ámbito de las políticas públicas, se requieren mejoras en productividad, acotada expansión del gasto público y política monetaria en sintonía para que el círculo virtuoso de la competitividad comience a mostrarse.

Este IPoM tiende a suscribir, condicional a concreción de riesgos inflacionarios de corto plazo, que queda algo más de trabajo pendiente. Muy de acuerdo que no es mucho, pero bienvenido para apoyar la recuperación y no poner en riesgo la convergencia inflacionaria. La economía crece como se esperaba, la inflación permanecerá más tiempo baja y el tipo de cambio real preocupantemente se aprecia respecto al IPoM pasado, pero se mantiene el supuesto de trabajo para la TPM. Esto se justifica en un menor PIB potencial pero similar TPM neutral cuando los niveles de tasas neutrales en el mundo continúan bajando. Parece haber algo de obstinación, como la vista en el pasado, para reconocer la necesidad de más estímulo, el cual se termina condicionando a sorpresas desinflacionarias, lo que mantiene detrás de la curva a la política monetaria.

Por la baja inflación actual, es importante ubicar la tasa en niveles acordes pensando en no llevarla a niveles contractivos –sabiendo que la TPM neutral puede estar algo bajo 4% y no entre 4/4,5% como señala el instituto emisor– cuando las brechas de capacidad se cierren. En la medida que la comunicación conduzca adecuadamente las expectativas, revertir aceleradamente el estímulo entregado no debería ser problemático. Por ahora, es muy posible ver inflación rondando el piso del rango meta por al menos tres trimestres más, lo que minimiza los costos de recortar la tasa de interés.

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