La inteligencia artificial (IA) ha sido un soporte a las mejores perspectivas económicas globales, pero a la vez es un potencial riesgo para la actividad en el mediano plazo.
Esa es una de las principales conclusiones que entregó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, que en uno de sus recuadros analizó el aporte de la IA a la economía global.
"El entusiasmo por inteligencia artificial, y su importancia en la competencia estratégica global, han impulsado fuertes inversiones en infraestructura, han dado lugar a ambiciosos planes de desarrollo futuro y han llevado a máximos históricos la valorización de mercado de las empresas tecnológicas", parte señalando el emisor.
En el análisis, el Banco Central plantea que el auge de la inteligencia artificial está siendo un motor "relevante" para impulsar la inversión, el comercio y los mercados financieros a nivel global.
Así, en Estados Unidos, desde el lanzamiento de ChatGPT en noviembre de 2022, el gasto en
la construcción de datacenters se ha triplicado, consigna el IPoM.
Por su parte, durante el primer semestre de este año la inversión en equipos de procesamiento de información ha registrado una variación real anual superior al 20%, -muy por encima del promedio de 1,2% entre 2015 y 2023-.
"Álvarez et al. (2025) estiman que el efecto directo de las inversiones en IA habría aportado más de un tercio al crecimiento anual del PIB estadounidense en el segundo trimestre de 2025 y se espera que su incidencia siga siendo significativa en los próximos trimestres. En Asia, la demanda global vinculada a la IA ha impulsado las exportaciones de semiconductores y maquinarias, con aumentos anuales relevantes en economías como Taiwán (50%), Malasia (29%), Corea del Sur (12%) y Japón (8%)", complementa el banco.
En Europa, en tanto, los efectos son aún "incipientes", dice el emisor, aunque comienzan a observarse señales "positivas" en empresas tecnológicas.
En su último informe económico, el Banco Central Europeo destacó que el repunte del sector servicios "refleja el hecho de que muchas empresas han intensificado sus esfuerzos para modernizar sus infraestructuras de TI e integrar inteligencia artificial en sus operaciones.”
El impacto de la IA en los mercados financieros también ha sido "significativo", consigna el Banco Central, ya que desde principios de junio la valoración bursátil de las empresas vinculadas a la IA aumentó cerca de 25%, mientras que en el resto de las empresas del S&P el incremento fue de 7,7%. Esto implica que la IA contribuyó directamente en torno al 55% de la variación del total del S&P, a lo que se suman efectos indirectos potencialmente relevantes.
"Esta dinámica ha generado un aumento significativo en la riqueza de los hogares estadounidenses -según cifras de la Fed, en torno al 30% de esta se mantiene en acciones-, lo que se traduciría en un mayor consumo estimado de entre 0,2 y 0,3% durante 2026", recalca el Central.
Pero...
No todo es miel sobre hojuelas, transmite el banco en el IPoM. Más allá del entusiasmo y las valorizaciones, el desarrollo sostenido de la inteligencia artificial "enfrenta desafíos", plantea el recuadro.
Así, destaca la necesidad de transformar los avances tecnológicos en mejoras concretas de productividad que faciliten su adopción por parte de empresas y personas. Encuestas recientes sobre la adopción de IA en el ámbito empresarial sugieren que esta sigue siendo incipiente y se concentra en un grupo acotado de firmas.
"Según la encuesta del Census Bureau de Estados Unidos, aunque el uso estas tecnologías para la producción de bienes y servicios ha aumentado significativamente desde 2023, hasta el momento, solo el 10% de las empresas las han adoptado", observa el ente autónomo.
Esto ha generado atención por parte del mercado, en un contexto donde las inversiones actuales requieren que las ventas de servicios asociados a la IA se multipliquen por 15 para ser rentables.
"El carácter circular de algunas inversiones -esquemas en que fabricantes de hardware y proveedores de infraestructura invierten en desarrolladores de IA y, al mismo tiempo, son los principales receptores de las compras de equipos y servicios de cómputo- también sería una muestra de que la demanda final por esta tecnología aún debe desarrollarse para que las inversiones sean rentables", dice el recuadro.
Álvarez et al. (2025) estiman que, de los planes de inversión en IA anunciados en 2024 y 2025 para los próximos cinco años, aproximadamente US$ 700 mil millones corresponden a inversiones “circulares” entre desarrolladores de IA y sus proveedores (algo más del 20% de total de las necesidades de inversión en IA hasta 2030, según estimaciones de Goldman Sachs).
La valoración de los activos financieros y el escenario central de este IPoM incorporan una evolución "favorable" para la demanda de servicios de IA y la consolidación de la rentabilidad de las inversiones, recalca el banco.
"Sin embargo, la sensibilidad de los precios de activos ante noticias negativas sobre la rentabilidad esperada -con caídas de hasta 10% en acciones específicas en días desfavorables-, refleja la atención del mercado a los riesgos asociados. Como se resaltó en el IEF del segundo semestre de 2025, si el mercado se tornara más pesimista respecto de la rentabilidad esperada de las inversiones, podrían producirse correcciones significativas en los precios de los activos. Además de los efectos riqueza negativos, que serían elevados dada la alta concentración de estas empresas en los índices bursátiles, el impacto macroeconómico dependería, entre otros factores, de la estructura de financiamiento de las empresas. Recientemente, esta estructura ha cambiado desde fondos propios hacia deuda, lo que eleva los riesgos en el margen", cierra el IPoM.