Política

Colin Mayer: “Este es el momento para que las empresas se pongan a la altura y demuestren su compromiso”

Consumidores, empleados, gobiernos e inversionistas demandan de las empresas más que utilidades, y la pandemia ha agravado la presión sobre ellas. Su continuidad es lo que está en juego.

Por: Marcela Vélez-Plickert | Publicado: Lunes 4 de mayo de 2020 a las 04:00 hrs.
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Ilustración: Sebastián Ulloa
Ilustración: Sebastián Ulloa

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Desde Londres

Este debía ser el año en que los llamados por una “reforma al capitalismo” ganarían fuerza. La preocupación era creciente, incluso entre CEOs de grandes corporaciones: las empresas no pueden solo concentrarse en generar utilidades para sus accionistas. Surgió la idea del “capitalismo responsable”, y términos como sustentabilidad y cambio climático entraron al día a día de los directorios.

Pero la pandemia no da tiempo para el debate. Las empresas deben adoptar los cambios, “ahora”, sostiene Colin Mayer, autor de “Prosperity: better business makes the greater good”, y director del programa “Futuro de la Empresa” de la Academia Británica de Ciencias y Humanidades.

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En medio de la cuarentena y desde su casa en Oxford, donde es profesor, Mayer explica que la crisis actual, y los rescates con dinero fiscal, obligan a las empresas a repensar o buscar su propósito. Ya en un manual redactado para el Foro Económico Mundial, en enero, Mayer explicaba que el reemplazar el interés de los accionistas por este nuevo “propósito” implica cambios radicales en todos los aspectos de la empresa: su gobierno corporativo, su estructura, política de inversiones, la relación con sus trabajadores, el gobierno y la comunidad.

-En su libro “Prosperidad”, ya advirtió que el capitalismo estaba en un punto de inflexión. ¿Cuáles creen que serán los desafíos que enfrentarán las empresas privadas después de esta pandemia?

-Una de las cosas que está haciendo esta pandemia es destacar la importancia de las empresas de tener un propósito y su relevancia en diferentes aspectos. El propósito es el por qué una empresa existe; y como yo lo veo el propósito de una empresa es ofrecer una solución rentable a los problemas de las personas y el planeta; y no de obtener ganancias, generando problemas…

-¿Hablamos de contaminar?

-Exactamente. Contaminación, altos grados de desigualdad en comunidades, o problemas de salud entre sus empleados al no pagarles suficiente. Los mayores desafíos que enfrentan las empresas, además de la pandemia de Covid-19, son los mismos que ya se discutían antes del brote: el cambio climático, la inclusión social y la reducción de la desigualdad.

-Algunos cuestionan que los rescates fiscales a empresas grandes exacerban la desigualdad. ¿Ve ese riesgo?

Hay un riesgo de que, en el proceso de resolver la pandemia, creemos otros problemas. Los gobiernos enfrentan un verdadero dilema, entre salud pública y prosperidad económica. Hay un verdadero riesgo de que cuando salgamos de esto, y porque los gobiernos están tan deseosos por dar un nuevo impulso a la economía, se relajen regulaciones medioambientales, para acelerar el crecimiento económico.

-¿En esta crisis, cómo puede ayudar a una empresa el tener su propósito claro?

Esa idea de propósito es muy significativa en la actual crisis: primero, ofrece una guía sobre cómo deberían actuar las empresas en el escenario actual, por ejemplo, produciendo equipo sanitario, ventiladores mecánicos, etcétera. En muchos aspectos, este es el momento para que las empresas se pongan a la altura y demuestren su compromiso. Este concepto también guía a las empresas en dilemas cómo ¿deben seguir pagando a sus trabajadores? ¿deben retener pagos para preservar liquidez? Y todo eso puede tener consecuencias graves en trabajadores, en la cadena de producción…

-Cómo se explica que tengamos empresas anunciando donaciones, y al mismo tiempo despidiendo a trabajadores o acogiéndose a los planes de ayuda fiscal…

-“Eso demuestra las elecciones que tienen que hacer las empresas entre los intereses de sus clientes, sus trabajadores, sus inversionistas, la sociedad… y es un balance complicado. La ventaja de tener un propósito claro es que este se sostiene en principios y valores. Esto significa tener claro qué es importante para los propietarios del negocio. Es como los valores que tenemos como individuos, ellos determinan cómo reaccionamos, qué decisiones tomamos cuando estaban en situaciones.

Propiedad concentrada

Por eso Mayer considera que es más fácil que una empresa familiar o con una propiedad concentrada en pocos accionistas logre definir y defender más fácilmente su propósito, versus una firma con la propiedad atomizada. En ambos casos, sugiere, el primer paso es que el propósito sea explicado en un documento y que este sea discutido y firmado por el directorio.

No se trata solo de una herramienta para salir de la crisis, ni tampoco una medida que va en contra de la idea de obtener utilidades. Por el contrario, Mayer está convencido de que en este mundo postpandemia las empresas que tengan una razón de existir clara tendrán mayores oportunidades de levantar capital, fidelizar a sus consumidores, y mejorar sus perspectivas de largo plazo.

Los inversionistas hoy, si van a rescatar una empresa, si van a poner su dinero en una empresa, quieren tener claro que en el largo plazo hay una propuesta de creación de valor.

-¿También los gobiernos?

-También. Los gobiernos están buscando poner dinero en empresas no solo para salvarlas, pero para reconstruir las economías tras la pandemia.

-Además de posibles cambios en las tendencias de consumo, ¿prevé cambios regulatorios, en la relación de las empresas con los inversionistas?

-“Sí y mucho. Este es un ejercicio entre gobierno, inversionistas y empresas. Los inversionistas enfrentan la posibilidad de menos dividendos, y en retorno buscan empresas que creen valor, pero que en el proceso tengan en cuenta el bienestar de sus empleados y la comunidad. El gobierno, al ofrecer toda esta liquidez, lo está haciendo en base a un pacto social entre el Estado y el sector privado, en que el fisco rescata a esas empresas, con la idea de que éstas cuiden a sus trabajadores y sus comunidades. Es muy importante que las empresas estén a la altura. En la crisis financiera, los bancos desperdiciaron ese apoyo, porque no hicieron suficientes reformas y no asumieron todas sus responsabilidades. En esta oportunidad, las empresas no se pueden dar ese lujo.

-¿Cuál sería el riesgo si no lo hacen?

-Ya lo vimos en la crisis financiera. Porque los bancos no respondieron a las expectativas, fueron objeto de más regulaciones. Ahora podemos esperar lo mismo, o peor, porque esta vez la gente dirá “no solo debemos regular las empresas, en muchos casos debemos nacionalizarlas”. Lo más seguro es que veamos eso, si las empresas no muestran una actitud más responsable. Es vital que el sector privado reconozca que parte del proceso que estamos viviendo es el reconstruir su relación con la sociedad y con los gobiernos alrededor del mundo.

-¿Puede cualquier empresa, pequeña o grande, definir un propósito, aunque ya esté en funcionamiento, o encontrar uno nuevo?

-Absolutamente, y es algo que la mayoría de las empresas alrededor del mundo debería estar haciendo hoy.

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