Durante 12 años compartieron en el Congreso como diputados de la UDI el ahora Presidente electo, José Antonio Kast, y quien fuera ministro de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Claudio Alvarado, a quien el abanderado republicano llamó telefónicamente para solicitarle ser el encargado de enlace con la administración del Presidente Gabriel Boric y recopilar la información necesaria sobre el estado en que recibirán el Gobierno el 11 de marzo de 2026.
Alvarado ya tiene experiencia en estas gestiones, pues debió coordinar la entrega de la información de Gobierno en 2014 para la segunda administración de Michelle Bachelet.
Además, cuenta con redes en todos los sectores políticos, se le reconoce ser dialogante y constructor de acuerdos, todas características que Kast tuvo a la mano para elegirlo en su misión clave, la cual no terminará en el traspaso de mando, debido a que es seguro que integrará el futuro comité político de la nueva administración como ministro del Interior o de la Segpres.
Pero, ¿cuál es la misión de Alvarado? Todo Gobierno antes de dejar La Moneda da instrucciones a todos los ministerios respecto a cómo se va a desarrollar este proceso de traspaso. Se establecen una serie de materias de las cuales deben preparar información desde el punto de vista presupuestario, financiero, plantas de personal, tratos directos, transferencias, licitaciones importantes que están en curso y proyectos de ley que tenga cada cartera, entre otras cosas, como conciliaciones bancarias y el estado de la ejecución presupuestaria.
Esa información es la que debe coordinar Alvarado para entregar a las futuras autoridades con su contraparte, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde. Ambos se fijarán plazos para preparar la información, validarla y después entregarla.
El paso siguiente es que cuando se emitan esos documentos, la administración entrante verá si coincide con los énfasis que desean tener y ajustarla a sus objetivos en la medida de lo posible.
Después viene la fijación de reuniones con autoridades que asumirán, durante la primera quincena de febrero, una vez que se designe el nuevo gabinete, un cronograma de reuniones de todos los ministerios donde se hace una exposición de la marcha y los pendientes de cada cartera.
El traspaso definitivo se programa con un calendario de reuniones por cada cartera que se termina de materializar uno o dos días antes del 10 de marzo con la firma de un acta de entrega y recepción de la información correspondiente ordenada de forma digital y física.
De ahí comienza una “pre-auditoría”, explica una fuente de la oficina del Gobierno entrante, porque “cuando asumes tienes que verificar la información que te entregaron: si decía 10 que efectivamente haya 10; y si tenía un descuadre, se verán qué acciones tomar”.
En ese punto lo habitual es volver a preguntar por datos específicos o directamente iniciará una auditoría.
El Presidente electo señaló en el marco de su campaña que espera realizar una auditoría “escritorio por escritorio” cuando asuma para determinar eventuales recortes de gastos, proceso que estima tardaría unos seis meses.
Consultado por el estado de las conversaciones, Alvarado afirmó que “todo iba muy bien” a su llegada a la “La Moneda chica”, ubicada en calle Gloria 88, cerca de las 15:45 horas de este martes.