Por Rodolfo Carrasco Miranda
Fotografías en blanco y negro de su primera campaña a senador adornan el acceso a la oficina de Jovino Novoa (UDI) en Valparaíso, quien tras 16 años de ejercicio parlamentario, anunció que no repostulará. En entrevista con DF analiza los desafíos para lograr un segundo gobierno de la Alianza y se juega por avanzar en reducir la carga tributaria.
- ¿Se siente representado con la euforia con que el gobierno celebró los tres años de gestión?
- Creo que hay muy buenas razones para celebrar los tres años. Si uno ve el crecimiento del país y la generación de empleo, el aumento de los ingresos familiares, el ir avanzando en la solución de los temas educaciones, en reconstrucción; hay una cantidad de puntos que son satisfactorios. Me parece que el gobierno puede estar legítimamente contento con lo realizado, aunque no lo calificaría de euforia, porque se señaló que quedan materias pendientes y porque no hay que ser exitista, considerando que este año tenemos desafíos electorales importantes. Pero si se hace un balance siempre he sostenido que este gobierno ha sido muy exitoso en materia de realizaciones.
- ¿Y el anuncio del bono marzo?
- Aquí la Concertación ha sido muy crítica del bono y me parece que no son válidas, porque en materia de bonos la Concertación tiene una larga trayectoria, se le atribuye un interés electoral, pero la realidad es que aun estamos lejos de la elección. Creo que el tema de los bonos tiene un aspecto criticable que es más bien en la parte conceptual que no es bueno acostumbrar a la ciudadanía a recibir este tipo de beneficio que son muy discrecionales. El gobierno señala que ha existido un muy buen resultado, que existen disponibilidades, pero quizás como un sistema más permanente podría pensar que si hay disponibilidad fiscal puede ser bueno reducir algunos impuestos por ejemplo, y que sería un sistema más permanente de aliviar a la población. Por tanto, no comparto las críticas de la Concertación, pero creo que nosotros debiéramos ir suprimiendo el sistema de bonos y más bien estableciendo incentivos para que se mantenga el alto nivel de empleo, para que si hay recursos fiscales en abundancia se puedan reducir impuestos, hay otros métodos más objetivos para distribuir la riqueza y también métodos que sirven más para la competitividad del país. Nosotros estamos enfrentando como país dificultades de competencia porque el desarrollo de Chile hace que, por ejemplo, los sueldos aumenten, lo que es bueno, pero uno tiene que mejorar la productividad por otros lados. Una forma de mejorar la productividad es reduciendo la carga fiscal, de manera de competir en mejores condiciones. El principal beneficio del desarrollo es que las personas pueden generar ingresos autónomos suficientes. Que cuando todos los chilenos tengan la posibilidad de tener sueldos dignos que les permitan enfrentar sus necesidades y cubrir la educación de sus hijos, esa es la aspiración máxima de todo país, y eso significa que para competir internacionalmente uno debe mejorar otros aspectos del proceso productivo y parte de eso es tener una carga tributaria menor.
- ¿Qué impuestos se podrían rebajar?
- Uno puede pensar en el IVA, en combustibles, que son impuestos que van afectando directamente a las personas, se dice que las personas de menos ingresos destinan gran parte de sus ingresos al consumo, por tanto, están afectos a IVA, es cosa de pensar en tener cifras un punto o dos más bajos que los actuales perfectamente puede ser una forma permanente de beneficiar a quienes destinan prácticamente todos sus ingresos al consumo.
- ¿Mejor reducir impuestos que entregar bonos?
- La idea de recaudar para después distribuir a través de bonos es una idea que hay sectores políticos que les gusta mucho, pero en definitiva prefiero que la gente se quede con más plata en el bolsillo.
- ¿Y en el caso del adelanto en el alza del sueldo mínimo?
- Lo primero que hay que decir es que cerca de un 8% de la fuerza laboral está ganado el mínimo, el resto gana bastante más. Por lo tanto, no es un tema tan relevante en este momento, por cierto que la discusión del salario mínimo va a estar envuelta en los planteamientos demagógicos, de si se aumenta en 10% o 20%, eso sería realmente algo que haga un daño enorme, porque eso obligaría a aumentar todos los ingresos y no veo ninguna posibilidad que aumentos desmedidos se puedan trasladar a precios, pero esto es una discusión de todos los años. Tengo la impresión que el comité de expertos va a plantear un incremento en torno al 5%, que creo es razonable dado que la inflación está controlada. Tendría también cierta precaución, porque estuve viendo cifras de fines del año pasado, y el crecimiento del país está sostenido mucho por un aumento de la demanda interna, eso es una señal que la gente está con capacidad, pero también cuando los crecimientos están basados más en el consumo que en la inversión, son signos que hay que tener en cuenta. En la discusión del salario mínimo vamos a presenciar lo mismo de todos los años, se van a hacer planteamientos de subirlo a $ 250 mil o en un 20% y todos sabemos que eso es demagógico.
- En su libro usted criticaba que un gobierno de centroderecha se alejara de sus principios…
- Esto será una discusión permanente, yo creo que en algún momento hay que ir terminando con esta práctica, incluso cuando hay momentos de crisis que uno pudiera justificar un bono, las medidas más importantes son las que se han tomado, como rebajar de manera transitoria más fuertemente impuestos, como se hizo con el impuesto a los combustibles, como una forma de aliviar. Esas son las medidas más adecuadas.
- ¿Estos anuncios aseguran la continuidad del gobierno?
- No, la continuidad del gobierno está dada por la gestión exitosa de tres años. Todas estas situaciones que hay ahora de falta de apoyo las atribuyo a una falta de convicción en lo político, que es lo que dije en mi libro, hay una paradoja, porque un gobierno exitoso no tiene un correlato en las encuestas. Pero el día de la elección el balance que hace el ciudadano no es por la línea política, sino que más bien entorno a si está mejor ahora. Soy optimista de la contienda de noviembre, la Concertación no tiene un proyecto nítido que ofrecerle al país, tiene una candidata que está bien posicionada, pero que no se ha tenido que hacer cargo de su sector político, que es una realidad muy compleja y tampoco que ella fue presidente durante cuatro años y que en ese tiempo el país progreso mucho menos que ahora, que no había el nivel de empleo ni de ingreso de las familias de hoy. Una encuesta es distinta a una decisión política, confío que en el secreto de la urna cada chileno compare su situación actual con la de hace cuatro años. Para el país es volver atrás con un gobierno de la Concertación, no sería bueno. En el aspecto político nuestro país por distintas razones ha desplazado su eje político más hacia la izquierda, creo que un gobierno de la Concertación no sería como los que vimos hace cuatro años atrás. Lo que uno ve acá en el Congreso respecto de los planteamientos que hacen parlamentarios de ese sector son posturas anticuadas, populistas y estatistas; y ese es el ambiente que hoy predomina en la Concertación.