El teletrabajo se podría convertir en un aliado a la hora de contener las presiones salariales

Con el inicio de la pandemia, la adopción del teletrabajo surgió como alternativa para enfrentar los confinamientos. Hoy, a casi tres años de la shock generado por el Covid-19, el trabajo remoto es una realidad para algunas personas.

Y dar un espacio de más comodidad para desarrollar una labor profesional, investigadores del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), la Universidad de Chicago, Stanford y de la Reserva Federal de Atlanta decidieron estudiar si los gerentes empresariales de Estados Unidos percibían la posibilidad de intercambiar salarios por trabajo a distancia u online.

Basados en la Encuesta Sobre la Incertidumbre Empresarial (SBU, por su sigla en inglés) -realizada por la Fed de Atlanta y que contempla a 1.750 empresas del país- concluyeron que la mayoría de los gerentes han utilizado esta opción para restringir las alzas salariales en su empresa. Los ejecutivos prevén que el trabajo remoto llevará a que el crecimiento salarial sea un punto porcentual menos que lo que sería si no ofrecieran la alternativa.

Así, durante el periodo de abril y mayo de 2022, el 38% aseguró que en los últimos 12 meses su empresa ha ampliado las oportunidades de trabajar desde casa o otro lugar a distancia como forma de mantener contentos a los empleados y moderar las presiones de crecimiento salarial. En el grupo, destacaron como más propensas aquellas firmas de mayor tamaño del sector de servicios profesionales y empresariales, información, educación, salud y asistencia social.

Mientras que el 41% afirmó que en el presente año permitirá que sus trabajadores se desempeñen remotamente al menos un día a la semana para moderar las presiones del aumento salarial.

José María Barrero, académico de la Escuela de Negocios del ITAM y coautor del estudio, señala que “este es un tema sumamente interesante en situaciones inflacionarias como las de los últimos meses, pues puede haber ciclos de alzas en precios que llevan a alzas salariales -para mantener el poder adquisitivo-, y de nuevo aumentos en precios –para compensar el alza en costos salariales”.

A futuro, el doctor en Economía de Stanford advierte que un alza salarial menor es algo que se puede hacer en una sola ocasión y se trataría de un fenómeno de corto o mediano plazo.

“Si el trabajador está dispuesto a aceptar un salario, digamos, 5% menor a cambio de la posibilidad de trabajar remotamente, no va a volver a aceptar un segundo recorte de cinco puntos porcentuales en el futuro. Si bien puede tomar un par de años para que las empresas hagan el ajuste, cada una lo podrá hacer una sola vez”.

Otra de las conclusiones de la investigación es que las ganancias en los valores de las comodidades asociadas con el reciente aumento del trabajo remoto también reducen la participación laboral en el ingreso nacional de Estados Unidos en 1,1 puntos porcentuales.

Consecuencias en la brecha de género

Para el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC), Juan Bravo, un aspecto a considerar de la investigación es la valoración del formato de teletrabajo que tengan los empleados, ya que existe evidencia en que los indicadores de salud mental son significativamente mayores para los trabajadores que realizan teletrabajo de modo voluntario en comparación a quienes lo realizan de manera forzosa.

“Esto es crucial, pues solo es factible para la empresa moderar los reajustes salariales por ofrecer la opción de teletrabajar cuando el trabajador valora esa modalidad”, explica.

Además de advertir que, según lo que se deriva de las conclusiones del estudio, es que el trabajo remoto generará un efecto negativo sobre la brecha salarial de género. En Chile, las cifras muestran que la prevalencia de mujeres asalariadas que trabajan principalmente desde su propio hogar es persistentemente superior a la de los hombres.

“En consecuencia, dada la mayor prevalencia de mujeres en el teletrabajo y que la evidencia muestra un efecto negativo de esta modalidad laboral sobre las remuneraciones, entonces el efecto esperado es que las brechas salariales de género aumenten”, señala.