A nivel mundial los países que lideran la presencia femina en directorios y altos cargos ejecutivos son europeos. Por ejemplo, en Noruega el porcentaje de mujeres en estas posiciones es de 35,5%, le sigue Finlandia con 29,9% y Francia, 29,7%, mientras Latinoamérica está muy por debajo. De hecho, entre 2005 y 2015 la participación femenina creció un 1,3%, pasando de 5,1% a 6,4%.
“No hay tanto avance como a la gente le gustaría”, sostiene Karen Greenbaum, presidenta y CEO de la Association of Executive Search and Leadership Consultants (AESC) organismo internacional presente en 72 países, una tendencia que también se repite en Chile, dice, pues si bien hay mujeres altamente calificadas, no hay demanda por parte de las empresas.
Para Greenbaum, nuestro país está en una fase inicial donde el tema está instalado, también existe un diálogo abierto, pero el próximo paso deben ser acciones concretas tanto públicas como privadas.
La ejecutiva precisa que el éxito obtenido por los países que llevan la delantera ha sido producto de iniciativas que establecen cuotas de participación. Algunas de ellas estatales, promoviendo leyes que aseguran cierto porcentaje de representación de mujeres al interior de directorios, o bien mediante las llamadas “cuotas éticas” que son suscritas voluntariamente por empresas internacionales, quienes adicionalmente logran un impacto positivo en posicionamiento y visibilidad.
La experta plantea que la incorporación de mujeres, además de impactar en la no discriminación, genera una masa crítica para abordar la escasez de talento en las empresas, una de sus principales preocupaciones en la actualidad.
Ejemplifica que en industrias como en el retail no pueden existir solamente hombres a la cabeza, puesto que es un negocio que continuamente debe enfocar su marketing hacia las mujeres.
En la relación, a lo anterior agrega que en Chile, donde está instalada la necesidad de innovar para aumentar productividad, se hace particularmente relevante diversificar las empresas. “No se puede innovar haciendo lo mismo con las mismas personas, que fueron a los mismos colegios y salieron de las mismas universidades”, sostiene.
Reconoce que internacionalmente las multinacionales llevan la delantera en materia de diversidad de género, porque “cuando debes competir en un mundo globalizado debes pensar de manera más amplia”, dice.
Desafíos en Chile
Para Greenbaum el camino que deberían seguir las empresas en Chile sería apropiarse de este este tema incorporándolo en su política organizacional, a través de sus líderes.
También sería necesario acompañar a las mujeres en su ascenso y no solamente dejar altos cargos disponibles, sino poner atención a quienes están en las bases de las organizaciones y puedan ir haciendo una carrera en ellas.
Otro punto importante que ha resultado eficaz, indica la experta, es tratar de encontrar mecanismos para que las mujeres no se ausenten del mundo laboral por largos períodos de tiempo, pues esto influiría en el desempeño de sus carreras.
Finalmente, Greenbaum destaca la importancia de tener casos de éxito los que puedan servir de ejemplos o modelos para las demás mujeres y para las compañías.