Ya es de conocimiento público que la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS) buscará comprar el Depósito Central de Valores (DCV). Si bien algunos alegan concentración de mercado, no es algo que esté ajeno a lo que sucede en otras partes del continente.
Lo que intenta hacer la principal plaza bursátil local no sería un “capricho”, de acuerdo a los entendidos, sino parte de una tendencia mundial, que ya se ha concretado en países como Brasil, México, Canadá y Perú.
Si a fines de los 80 lo habitual era una estructura del mercado de valores separada, con la idea de no confundir los negocios, ahora el objetivo es la disminución de los costos.
Según fuentes de la industria los mercados están compitiendo cada vez más, dado ello y sumado a una mayor tecnología “se comenzó a plantear que era necesario ser más eficiente, más barato y ese es el driver que se empieza a imponer”. Por ello, no todos consideran que “sea tan malo que la Bolsa adquiera el DCV”.
El primer caso de la región viene por parte del Bovespa, que integró verticalmente al mercado de derivados así como el depósito de valores de ese país. Todo esto durante 2011.
La tendencia fue seguida por México al año siguiente, en 2014 se sumó Canadá y recientemente lo hizo Perú.
Claro que para la Bolsa de Comercio no será una tarea fácil convencer a los vendedores, ello porque la propiedad del DCV se la reparten entre bancos, AFP, compañía de seguros y las otras bolsas.
Fuentes indican que por parte de los bancos no habría problemas, mientras que para las AFP, asegurándoles un servicio igual al que tienen hoy no verían con malos ojos la opción de vender. Lo complicado sería la negociación con las otras plazas, las cuales tienen un 7% de la propiedad.